ERA ELLA

He soñado contigo y corrías hacia mi, no parabas de sonreír y llorabas de emoción, pues me habías reconocido y deseabas estrecharme entre tus brazos, para decirme:¡Eres tú mi vida, ere tú mi amor!, La dos, no mirábamos a nuestro alrededor, no veíamos a nadie, solo estábamos tú y yo. 

Me has traspasado con la lanza de cupido el corazón y el alma, porque eres mi media naranja y ahora está completa de verdad.

Nos hemos ido rodando por los algodones de la dicha, nos besábamos con dulzura, saboreándonos con la pasión de la fuente divina, que nos ha unido, para caminar juntas a lo largo de esta vida.

Ahora sí, ahora eres real, ahora eres mi alma gemela, eres mi otra mitad, eres esa mujer que tanto anhelaba y tu cara de ángel, tu ternura y tu personalidad me han cautivado, haciendo saltar mi corazón con la alegría de una niña y la profundidad de una mujer.

Cuando estemos juntas, cuando hagamos el amor por primera vez, cuando te fundas conmigo, las olas del mar golpearán con fuerza las rocas, para que no se escuchen nuestros sonidos de enamoradas y nos acompañen gritando la pasión que nos envolverá, para llegar al infinito de nuestra entrega y seguir acariciándonos, recorrer cada centímetro de tu cuerpo y tú del mío, abrazadas y susurrándonos lo que hemos sentido. Nuestro amor no tendrá fin, porque habremos sido elegidas por el Dios del verdadero amor y aunque me veas en la silla, jugaremos, saldremos cogidas de nuestras manos, me darás tu tesoro, yo te daré el mío y seremos ricas, para que solo la muerte nos separe y seguir esperándonos en el Paraíso de las verdades.

Tú eres la elegida, la que aguarda mi partida y me lleva en su mente, en todo su ser, yo también te llevo y por eso me esperas, para estar juntas en lo bueno y en los pocos problemas que solo un verdadero amor pueden vencer; no te impacientes, pronto volaré y cuando tengamos nuestro nido, las flores, aunque sea invierno y haga frío, saldrán reluciendo muy bellas y coloridas, para contemplar nuestro amor tan bello y enviándonos la frescura de sus perfumes, porque celebraràn que nos hemos unido para no separarnos jamás, pues serás la mujer de mi sueño dorado, verdadera y especial, y yo, seré la tuya sin dudarlo nunca creciendo cada vez más, hasta que el reloj del tiempo, decida llevarnos a la vez o separadas, pero sin dejar de amarnos y estar en el cielo celebrando el banquete de nuestra boda, en compañía de nuestros seres amados, con la promesa de seguir allí, pero con la pureza de un amor, que pasará a ser sagrado.