La sombra me persigue, sale, me mira y sigue su camino, con esa cara que lo dice todo, sobre la preocupación que lleva consigo. Sabe lo que me ha hecho, solo Dios, ella y yo, los demás se han metido en donde no debían, pero iba a hablar de lo harta que estaba de mi por mi enfermedad y me tiraron sin piedad, tras un infierno vivido, dejándome indefensa y abandonada en otro maldito lugar.
Hay cosas que no las llena nadie, algo que todos llegamos a necesitar a lo largo de nuestra vida, pero la gente es mentirosa con ella misma, y no lo puede reconocer. Lo peor del mundo es dejarse manipular aunque sea por un mulo, pero es fácil hablar cuando las palabras se las lleva el viento. La gente comete errores, pero solo vivirlos los hace comprender verdades, que no quieren reconocer, pues por mucho que se quiera a ciertos seres, las lejanías, el dinero, los viajes y la parte que está más cercana, es la que en realidad goza, de lo que por mucho que se presuma, ni ves a menudo y no llena el corazón de nadie, ni tan siquiera de esos padres, que si es preciso se separan y nada lo impide.
La mayor virtud que he poseído siempre, es ver la verdad de la vida tal y como es, y siempre estamos buscando, buscando aquello en lo que apoyarnos para ser más felices, y de tanto buscar, se marcha el tiempo pitando y acabamos en el más allá, habiendo perdido un tiempo, dedicado a nuestra propia felicidad, que apoyada y dependiendo de la familia, nunca la acabamos encontrando, pues la única que no falla es Doña soledad, porque cada cual va a lo suyo y ya forman sus hogares, sin estar pendientes de los demás, a los que nunca le llenarían tampoco.
Nosotros nos empeñamos en torcer un destino, que siempre es empujado por el mal, para desviarlo de nuestras vidas, las cosas se nos vuelven en contra y todo empieza a fallar, se busca un garrote en donde apoyarse, pero el garrote está con los suyos y lejos, y si en la enfermedad no aparecen, menos de otra forma y si encima no hay nada que sacar, pues el interés se va perdiendo. De las ilusiones que nos hacemos, para escapar de lo que entre nuestras paredes sentimos y vemos, hay un abismo muy grande.
Os puedo decir con la mano sobre la biblia, que desperdiciar nuestra existencia, confiando en los sinvergüenzas y en los que no lo son, hacerse mayores y empezar a vernos las arrugas, nos va dando la respuesta a lo que más necesitamos para una felicidad, que jamás será completa aquí en la tierra, y se trata de tener un buen y gran amor a tu lado, para compartir cada momento, y que será el que te de, lo que se necesita para caminar de la mano cogida cada día, y un abrazo con el calor de un te quiero en las noches de verano e invierno, para que el resto de de lo que he dicho antes, sean complementos que se tienen, pero que pertenecen a otros y lo ven todo de otra forma, aunque por hablar como no cuesta nada, se puede decir lo que se quiera. Este artículo es una verdad, tan grande como una catedral, muchísima gente sin vendas también la ven y lo viven, los demás lo saben, pero prefieren ir ciegos por los senderos del mundo, y el que tiene profundidad y discernimiento lo reflexiona en su interior,... y sabe que no miento.
TODO ES VERDAD
ResponderEliminarGracias cariñet, muchos besitos
ResponderEliminarMe mola tu blog Carmen
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