ME IRÉ SIN DUDARLO

                     LAS TRES RATAS QUE ME PERSIGUEN

Acaban de traerme de urgencias, porque me ha visto mi psiquiatra debido a lo mal que estoy, peor de lo que nadie se imagina, pues los sobre esfuerzos que hago, para que nadie se burle de mi estado, aparentando mejorías, me pasan factura y me afecta a mi salud física. No quiero acabar loca, por culpa de los malditos roedores que hay en este lugar, que disfrutan matando con la lengua, por culpa de dos en concreto y sus descendientes, que se podrían coger de las manos de lo malas que son. Van contagiando a la gente, me importa un pimiento que me saluden los pocos buenos que hay, pues aquí no quiero estar y mi salud es lo primero y no tengo amigas de mi edad.

Mi ex me hace gestos con la cabeza, disfrutando de lo que me ha hecho, la otra me pone de todo sin importarle testigos ni nada. Los criminales que me violaron gracias a su jefa, no se me quitan de la cabeza y la presión me está matando. 

He pedido ayuda a la presidencia oportuna, para que me ayuden y me den una vivienda con el informe que me hará mi doctora, porque sabe que debo irme por mi bien, así dejaré que se pudran de aburrimiento los que se divierten a mi costa.

No importa en donde esté, para que mi lucha por la justicia y tener delante de mi a los tres, que me han tratado como a un cerdo y me han puesto una fama, que ni un asesino la tiene, siga su curso y mi abogada se deje su profesionalidad, para conseguir ganar lo que me merezco ante tanta salvajada como estoy pasando y las torturas de tanta difamación y tanta calumnia. Ahora me han vuelto a aumentar la medicación, pues vuelvo a no dormir porque las pesadillas me persiguen y a este paso, acabará cayéndome la baba, porque no me saldrán ni las palabras.

Los roedores no se merecen piedad alguna, llevan virus y bacterias en sus interiores, por eso cuando me marche, descansaré entre civilizados, con educación, cultura, sencillez y lejos de esta contaminación que me está quitando la vida. Solo quiero el insecticida de la justicia, la cual me merezco y si mi abogada lo consigue, lamentarán las brutalidades que me han hecho, recibiendo sus sentencias con las penas correspondientes. La venganza es una cosa, pedir justicia es otra y eso solo lo entienden los inteligentes.

                   A mi me han hecho de todo por ese motivo, pero recibirán su buena parte por hacer tanto mal y eso, lo sabe quien lo sabe, pero que muy bien.