ME HE DESPERTADO AL IR A ABRAZARTE

Mujer invisible, mujer inexistente, te estaba acariciando, sintiendo el calor de tu cuerpo junto al mío, iba a fundirme contigo cuando casi me caigo y mi lado estaba vacío. No se lo que me ha pasado, pero te sentía mía solamente, entregada en cuerpo y alma, hablándome con gemidos dulces, románticos y apasionados, estallando en la dicha del amor más profundo y verdadero, mirándonos a los ojos y diciéndonos ¡te quiero, te quiero, te quiero!, cuanto más me lo decías más enamorada me tenías y cuando hemos llegado a la dicha más hermosa, nos hemos abrazado fuertemente besándonos sin parar, hasta que colmadas de felicidad nos hemos dormido en esta noche primaveral.

Mi corazón te anhela, te llama, te desea, te espera, pero eres un amor prohibido para mi, pues no existes ni me encuentras, es mi pena y mi sufrir saber que tengo un tesoro escondido y no lo puedo compartir.

Era demasiado bonito lo que hoy me ha despertado, por eso no ha durado mucho y cuando se me han abierto los ojos, he vuelto a la realidad de una vida sin sentido, que no me lleva a ninguna parte si no puedo llegar a estar contigo.

Sueño de toda una vida, pero solo una pesadilla al final, ahora ya no se como encontrar la luz para volver a caminar, tener la esperanza de que existes tú en algún lugar y ser, en lo bueno y en lo malo, dos mujeres en una que lo soportan todo, con la unión de una cadena divina, fuerte como la raíz de un árbol robusto, que nada ni nadie lo arranca y crece cada día más alto, hasta tocar las puertas del cielo. 
Ahora se que no quiero fantasías imposibles, porque no me encontrará la que desearía, pues la mujer que ocupaba todo mi existencia era de todos y nunca fue mía, pues ni tan siquiera me tuvo nada de respeto, por eso ya no confío y creo que si hay una especial, estará bien valorada, correspondida y conservada para siempre.