HE QUERIDO LLEGAR HASTA LA ERMITA

Tenía que llegar hasta la ermita, para comprobar mi estado actualmente y tras llegar a un lugar muy concreto, he tenido que salir a toda velocidad, porque me desangraba por dentro.

Allí he empezado a llorar y con la cabeza agachada, para que nadie me viera, he vuelto a mi casa con un dolor muy intenso y agonizante, que no consigo superar y que aumenta cada día.

El jueves vuelvo ver a mi psiquiatra y le voy a pedir más medicación, porque en cuento abro los ojos me viene al presente, toda la historia desde el principio hasta el final y noto que mi mente, es una bomba de relojería a punto de estallar.

Las heridas tan profundas que invaden todo mi ser, no cicatrizan, solo quiero dormir para no padecer y sentir un dolor, que me quita la vida y nada me hace tener un aliciente para volver a sonreír. Camino sin rumbo, siempre los mismos lugares, no veo los colores, me siento un alma en pena que vaga por el valle de la oscuridad, pues me dejaron condenada, para no volver a amar a ninguna mujer, porque la desconfianza se ha hecho mi dueña y no quiero que me vuelvan a engañar. Ya no tengo nada por lo que soñar, solo aguanto por mis pequeños que me necesitan, pues soy su mami y los tengo que cuidar.

¿Por qué a mi?, ¿por qué yo?,....... porque no se mentir y abrí de par en par las puertas de mi corazón, confié sin medidas y lo entregué todo sin barreras por primera vez, aunque nunca he sabido lo que es un beso de pasión, es algo que me negaron por ascos, pues era para ella recordar la lengua de los cerdos.

No puedo conseguirlo, es demasiado para mi, soy un toro lleno banderines clavados que me hacen vomitar la sangre del ensañamiento, arrinconado y suplicando a los cuatro vientos, ser un poco feliz.

Ya no volveré a ser la que era, me han provocado una grave depresión de la que ya no puedo salir y aunque quiera engañarme a veces, no existe una mujer especial para mi.

Odio la soledad porque he nacido para amar y ser amada, me cuidé para dárselo todo a la que fuera la reina de mi palacio, pero me eligieron para tirarme a la basura en la enfermedad y aprovecharse con maldad, para traicionar el tesoro que tantos años había guardado. No pueden hacerme nada más ya, como no sea dejarme sin respiración, pues aunque me mueva porque no estoy muerta físicamente, lo estoy de otra manera muy diferente y peor todavía.

No soporto tanto daño, no puedo seguir arañando las paredes sin ver nada, no quiero llorar cada día, no quiero nada del mundo; solo quiero...un amor verdadero eternamente.