EN LA PUERTA ABIERTA

Te veo mamá, te veo esperándome con la puerta abierta, allí te veo con los brazos de par en par, para refugiarme sobre tu pecho y darme el calor que tanto necesito.

Tú me sonríes y me llamas pronunciando mi nombre ¡qué bonito suena salido de tu boca!..Tú mamá me conocías bien, solamente tú me elegiste entre todos tus hijos, porque conocías la grandeza de mi corazón.

Me sonríes y lloras de verme así, me echas de menos y yo a ti, me esperas para decirme lo mucho que me quieres, pues sabes que no pertenezco a este mundo ¡un mundo tan raro!.

Mamá te necesito, baja en espíritu y dame las fuerzas de tu amor, para seguir luchando, déjame emborracharme de tus dulces besos, puros como el agua cristalina de un bello manantial.

Mamá soy pequeña y estoy perdida, cógeme de tu mano y llévame a pasear por el jardín de la inocencia.

Mamá cántame una canción de cuna y que pueda dormir segura; no pares y sigue cantándome hasta que cierre los ojos, con la paz y la seguridad de tu protección.

Mamá corro a tu encuentro, quiero contarte mis penas, quiero decirte lo mucho que te quiero; pero no consigo alcanzarte ¿por qué mamaíta? cuánto más avanzo, tú más te alejas ¡quédate parada! ¡déjame llegar hasta ti!.

Mamá me has dejado en este nido mundano lleno de sin sabores y sin poder defenderme, ¡interfiere por mi y ayúdame!.

Tengo miedo mamá, tengo mucho miedo, no puedo dormir, estoy asustada e indefensa, ¿por qué yo? ¿por qué me trajiste a la vida? te marchaste y te olvidaste de llevarme contigo.

Mamá...¿qué puedo hacer ahora? dame uno de tus consejos sabios y lo seguiré al pie de la letra; hazlo pronto antes de que me vaya apagando la pena.

Desde que partiste sin despedirte de mi, te he visto en mis pesadillas ¡no pude hacer nada para evitar que te fueras!

Mamá perdóname por no haberlo hecho mejor, te llevaste a mi hermanica y a mi me dejaste abandonada ¿por qué no nos fuimos las dos?.

Hazme señales y dime algo ¡soy tan cobarde! No quiero morir rabiando de dolor, llévame contigo sin llantos ni lamentos.

Mamá te quiero, te quiero porque tu me conocías bien, solamente tú me advertiste de lo mucho, que lloraría en la vida. ¡No te equivocaste!