PLAYA

Nos vamos durante el mes de abril a la playa, pues hemos cogido un apartamento y además de descansar de tanto frío, aprovecharemos para ver y disfrutar de la semana santa, que es muy bella y profunda allí a donde estaremos. Ya lo tenemos todo preparado y los pequeños se sorprenden de tantas cajas y ya se dan cuenta de que vamos a iniciar un pequeño viaje y estaremos todos juntos.

La verdad sea dicha lo necesitamos para salir de este ambiente y gozar de la belleza del mar dejando el clima de aquí, que con estos vientos acaban con cualquiera y disminuyen la temperatura. Me encuentro con ganas de salir y dejar de pensar en mi Kimba, mi pequeño y gran confidente, que me hace derramar lágrimas cuando menos me lo espero ante la necesidad de poder abrazarlo y saber que no puedo hacerlo. Mi mujer lo lleva igual, por eso, nos irá muy bien y podremos cambiar de aires, para volver cargadas de energías y empezar con mejor clima aquí.

No puedo evitar estar triste, la muerte de mi Kimba la llevo por dentro para no hacer sufrir a mi mujer y cada día lo recuerdo más. Hay veces que me pregunto si no me precipité y acudí a la veterinaria a preguntarle, ella me dijo que no, pero es mi propia pena al no tenerlo, la que me hace buscar en mi interior una culpabilidad inexistente, pues era muy mayor y aunque un ejemplo de fortaleza y de lucha, estaba muy agotado y ya no podía más con sus dolores, por eso, no quise ser egoísta y tomé la decisión guiada por los expertos en el tema.

Nuestro pequeño ya se va acostumbrando a Loica y Ninet, como siempre, vive como un rey, así que ahora todos unidos nos vamos 30 días de abril a desconectarnos y después nos esperan dos viajes más, pero de tan solo un día, aunque sean largos.