NO JUGUÉIS CON EL AMOR VERDADERO

El que no pueda amar de verdad a quien se lo merece, que la deje marchar y no le diga mentiras de amor, que no pueda entregar y hacer realidad. 

El amor verdadero no es un juego, no hables a nadie de que es toda tu vida, de que solo la muerte te separará de ella, no le digas que le perteneces, cuando a la hora de la verdad, la vas a sustituir antes de tiempo y a matarla con la traición, pues cuando llegan las verdaderas necesidades de la vida, tendrás que demostrar lo que tanto decías y le clavarás el puñal envenenado sin compasión, hasta dejarla sin aliento y en la soledad como a una niña perdida, que se va consumiendo por dentro.

No robes el corazón y el alma de quien no consideras nada, no asesines con la maldad, no pegues con placer, no le escupas y la pisotees, ten conciencia y no le hagas, lo que para ti no desees.

Muñecas de trapo, que no tienen sentimientos y solo miran por ellas, que entregan sus cuerpos sin ninguna importancia, porque son vacías de entrañas y solo buscan otro trapo en la cama.

Mi blog se apaga como lo estoy yo, que cuando me miro al espejo me veo en esta silla y me muero de pena, porque se que solo es una fantasía, que una mujer verdadera con sensibilidad divina se pueda fijar en mi, aunque sea el tesoro más grande de la tierra.

No puedo, no puedo resucitar de la sepultura, es la sombra de una mujer que se divirtió conmigo y no tenía ningún derecho, pues se mata de muchas maneras, pero sin conciencia que les haga sufrir lo mismo que han hecho ellas.

A Dios le pido cada día, que la convierta en una mujer femenina buena, especial y diferente, con un corazón que tenga latir, con alma que sienta y que se enamore locamente, que ponga todo su ser y toda su confianza en la que la engañe igual que hizo ella conmigo, para quedarse enferma y la deje tras sufrir el peor de los martirios, sin el recuerdo de un comienzo sin nada, más que planes de engaño y utilizar en lo bueno, para matar en lo malo.

No tiene nada, solo es amiga del mal y de esas miradas de burla, que cuando me veo, empiezo a sangrar y me refugio en mi casa.

Que nadie sepa mi sufrir y si lo saben, que disfruten con él, no soy mujer de desconciertos, ni de tonterías ni de inmadurez, como bien le decía a mi doctora, es la que me ha quitado la vida y todos se me han puesto encima, para ensañarse una y otra vez.

Con la vejez y si el de arriba lo permite, el trapo puede evaporarse y en cada noche del resto existente, se pueden sentir las llagas del arrepentimiento, que producen un dolor insoportable y convertirse hasta la muerte, en un verdadero tormento que va dejando arrugas profundas, con el paso del tiempo.