COMO UNA MADRE NO HAY NADIE

                                               

Cuando viene mi auxiliar por las mañanas y me pilla durmiendo, me comenta que suelo hablar mucho y acabo llamando a mi madre y es que como una madre no hay nadie.

Cada día me doy cuenta, de las cosas que he heredado suyas y me siento orgullosa de todo lo que luchó y sufrió para dárselo todo a sus hijos, pero se casaron y sus mujeres tras recibir las herencias en vida, de sus partes los convirtieron y fueron unos malos hijos, por eso en la demencia, querían encerrarla junto a mi hermana.

Mi madre era toda una señora, con una educación exquisita y me la transmitió desde la humildad, aunque nunca me faltara de nada, pero el corazón de mi madre era demasiado enorme y bondadoso. Mi padre estaba locamente enamorado de ella y por eso no le importó casarse siendo soltero y mi madre viuda con hijos.

Una mujer muy joven con la que compartió toda una existencia, hasta que a los 49 años se lo llevó un cáncer de pulmón y al que vi morir, pasando aquella noche en vela junto a mi madre ayudándola como siempre lo hacía, porque en mi confiaba y era su refugio.

Para cada hijo normal nuestra madre es un ser ejemplar, yo cada día la llevo en mi corazón y me abrazaría a ella, para no soltarme y que me protegiera del daño que me han hecho, pues me conocía perfectamente y siempre me decía que yo era todo amor y diferente al resto.

Alguien me la violó en sus comentarios y es, a esas personas a quien el demonio se debería llevar, haciéndoles reventar por todos los sitios, convirtiéndose en gusanos asquerosos y pisoteados, para que desaparecieran de la faz de la tierra, pero de esa persona y de quien lo permitió, se encargará Dios dándoles lo que se merecen y desde la justicia si existiera, poder tener cerca a esa persona con una mente inigualable, escuchando el veredicto de culpabilidad y que acabara en la cárcel en donde fuera violada una y otra vez, hasta que la mataran gritando piedad y sin que nadie la escuchara.

Mi madre era casi la perfección y yo era su brazo para llorar y me la han ultrajado violentamente sin haber hecho nada malo, por unas máquinas asesinas que no deberían existir, por eso la persona que se ha ensañado con ella y conmigo, con unas escalofriantes brutalidades, debería estallar por los aires como una bomba, aunque fuera atropellada por un coche o con el peor de los cánceres.
Son casi las 4 de la madrugada y me ha despertado una pesadilla sudando y llorando, hacía tiempo que ya no las tenía con la medicación, pero esta noche me ha vuelto y estoy con un valium debajo de la lengua.


                                ¡Ayúdame Señor y hazme justicia como tu quieras!