LA CRUZ ROJA

Siempre he conocido la existencia de la Cruz Roja, sabía la gran labor de  voluntariado que realizaban para ayudar a los demás, pero no se conoce lo suficiente hasta que un día, te tienen que ayudar a ti mismo.

Todos sabéis que no puedo valerme por mi misma, que estoy en un pueblecito,  pues gracias a este servicio tan valioso, me recogen y me llevan al médico, al dentista o a cualquier sitio de necesidad.

El muchacho que me lleva, está muchos años contratado, algo muy lógico porque hace el servicio de 8 horas obligatoriamente. Sin embargo los hay que emplean su tiempo libre, en colaborar sin ningún tipo de interés, solamente por sentimientos humanitarios.

El presidente aquí en el pueblo es un señor jubilado, que tiene 82 años y es estupendo. 

Como me he dado cuenta de que lo que hacen no tiene precio, he decidido sin decirme ellos nada, hacerme socia, son apenas 30 euros al año y resultan más económicos que un paquete de cigarrillos.

El 112 que es el servicio de teleasistencia que me van a poner, está las 24 horas del día y se desviven en la atención que te prestan.

Qué verdad es, que cuando lo vives en tus carnes, te das más cuenta de la labor realizada y de que tienen un Don divino para hacer el bien.

Por supuesto cuando me llevan a la capital para ir al hospital, me atiende la ambulancia de la seguridad social, que va recogiendo a otras personas de otros pueblecitos, hasta que llegamos a nuestro destino. También son estupendos porque me llevan en camilla, me bajan en silla de ruedas y me acercan a la consulta correspondiente.

La verdad es que no puedo quejarme de nada en ese aspecto, en esta comunidad manchega los servicios de urgencias del hospital, son algo especiales, entras y te miran de todo.

Los servicios sociales son excepcionales y vienen a casa para preocuparse de lo que necesitas. Te dan hasta donde pueden, porque con la crisis ésta, hay recortes en todo.

Aquí se lucha por conseguir que los minusválidos, tengan un mínimo de calidad de vida, aunque a mi me cuesta mucho aceptar que lo soy, que lo seré y que por eso, prefiero faltar antes, que llegar a ser una anciana repleta de lamentos y con un sufrimiento continuo.

La salud es lo más importante, el trabajo después y en conjunto, el Amor viene solo de tu interior, para darlo a quien lo quiera y ser correspondido en alguna medida.

Desde aquí mi más sincera gratitud, a todos esos seres humanos que son capaces de darse a si mismos.