ESTE SENTIMIENTO NO ESTÁ SACADO DE CARMEN MORANT, ES DE MI MUJER .
Siempre me han llamado el ángel de la dulce pena y por eso mi nombre verdadero no es lo que importa. Lo que voy a escribir es algo que viví en el pasado y ahora, vuelvo a vivir en el presente. Mi mujer me acompaña en estos sentimientos y me siento arropada y apoyada, por lo tanto es compartir lo que se puede llegar a amar a los llamados animales caninos.
Hoy, hemos pasado mi mujer y yo el día con una gran amiga en su bungalow y esta tarde hemos ido al campo a darles de comer a los perritos y ha sido cuando me han venido a la mente todos los años que entre las dos los criamos tantos a los que están en su tumba como a los jóvenes que ahora tiene, incluso uno de ellos, que es hembra, lleva mi nombre.
Me he dado cuenta entre llantos y risas que el pasado se ha ido y ha quedado atrás y la pena ha embargado mi corazón, sobre todo cuando la hembra se me ha echado encima y se ha dejado caer en el suelo panza arriba con los ojitos cerrados esperando mis caricias.
Mi amiga la llamaba para que comiera, pero no ha ido mientras que yo la estaba mimando y al marcharnos el que era de mi amiga estaba en el mismo sitio mirándola a ella como lo hacía siempre lleno de tristeza al ver que su mamá se iba ya. La que era mía levantaba las patas intentando tocarme y me daba besos lamiéndome las manos y la he correspondido dándole un beso muy grande. Jamás los abandoné pues era ella la que debía de quedárselos y sin poder evitarlo me han resbalado las lágrimas por mis mejillas.
Me he dado cuenta de que el tiempo no pasa en balde ni para mi amiga ni para mi, pues hemos sido como hermanas y lo seguiremos siendo siempre, pase lo que pase.
La mayor alegría es que mi mujer y ella se aprecian mucho y por lo menos tengo una familia con los que ahora son nuestros pequeños y eso me hace muy dichosa, sin olvidar nunca a mi hembrita, a su hermano y a los que ya no están en este mundo.
Soy consciente de que todo pasa, pero hay cosas que nunca se olvidan, aunque soy realista y se que la vida continúa a pesar de todo.
Mientras íbamos en el coche pensaba en cómo conocí el campo por primera vez y en como lo dejamos de bonito mi amiga y yo, recuerdos que permanecen como parte de nuestras experiencias y de como encendíamos el fuego de la chimenea y estábamos allí muy calentitos.
De todo ésto mi conclusión es quedarme siempre con los buenos recuerdos y olvidar los malos, porque es muy positivo llevar en nuestros corazones, hechos que han sido verdaderos, pero que te han dejado una huella inolvidable de situaciones vividas al lado de una muy buena amiga, que siempre permanecerá presente entre mi mujer y yo.
Yo soy el ángel de la dulce pena porque siempre sonrío, pero siempre lloro por dentro sin que nadie se de cuenta, de que también sufro y tengo mis penas...
ESTE SENTIMIENTO ES DE MI MUJER Y NO DE CARMEN MORANT
Son sentimientos que pegan fuerte. A veces los recuerdos llegan mezclándose con la brisa, con el hoy, y abren y acarician cicatrices. Es extraño, dulce y un poco triste. Y todo esto, contiene (perdón si parece raro o absurdo), un gran halo de belleza.
ResponderEliminarPrecioso comentario y muy agradecida al recibirlo. Besitos
ResponderEliminarHola Carmen, entiendo perfectamente a tu mujer en esos sentimientos que nos cuenta, yo he tenido mascotas y se el cariño que dan y todo a cambio de nada, muchas veces solo les falta hablar y hacen mucho bien con las personas con las que están, mas incluso que las personas, hace mas de un año que se me fue el gato que tenia y lo sigo echando mucho de menos, incluso hay noches que aun lo siento moverse como hacia siempre para acostarse junto a mi en la cama, y no creas que estoy loca:), pero si es verdad lo que te digo, pero como dice tu mujer debemos quedarnos con los mejores recuerdos que son muchos:)
ResponderEliminarBesos.