TÚ, SERÁS MI DESTINO FINAL

Tú y solo tú, serás mi destino final, tu alma me pertenece, aunque no estemos juntas todavía, tu corazón palpita deprisa al soñarme y desear estar junto a mi; Tú, amor mio, no estés triste y sigue llamándome, porque estoy aquí, para volar a tu encuentro y hacerte la mujer más feliz.

Tú y solo tú, vibrarás cuando recorra cada centímetro de tu piel, que forrará tu espíritu y todo tu ser, para estremecerte conmigo entre caricias suaves y sentidas con un beso de pasión, de dos mujeres unidas, que no podrán ser distinguidas, porque seremos una sola; una sola mujer en dos cuerpos diferentes, para amarnos locamente y vivir en la intimidad de un alrededor, que nos sobrará; pues cuando nos encontremos abrazadas en el lecho celestial del más puro y verdadero amor, que jamás haya existido en la actualidad, seremos el ejemplo a seguir, para que descubran los demás lo que sentimos mutuamente, en los momentos del bien y en las insignificancias del mal. 

Tú me llamas y yo te oigo, tú no vienes y yo no puedo ir todavía, pero nuestro destino está escrito, en el libro de la verdad de la vida

Tus ojos del color de la miel me endulzarán con tu mirada, tus labios perfumados con la esencia de una mujer me volverán loca de placer, tu sonrisa tan bonita como la de un lucero, sonará como la marcha nupcial, pero el anillo que nos pondremos en nuestros dedos y que sellará la cadena indestructible de nuestro amor verdadero, será la raíz tan profunda que se sembrará entre nosotras, para que nunca pueda arrancarse y se convierta en el árbol más hermoso de la tierra y que perdurará eternamente.

Te digo cada día, cada noche y a cada momento, sabiendo que estás sentada en la nube con forma de corazón; Que te amo vida mía, te amo y te amaré, porque tú sientes lo mismo y seremos dos flores preciosas, con la forma de la obra de Dios más maravillosa, llamada ¡mujer!, pero mujer de oro y no de cobre ni de chatarra, mujer de la cabeza a los pies, de las que solo se entrega si lo hacen con el corazón y el alma; el Amor es el ángel de la guarda, que la cuida con su pudor y sensibilidad, porque debe ser especial y diferente, porque la madre de Dios era una criatura llamada....¡MUJER!, nacida para amar y no practicar la lujuria del sexo, solo por placer.