ES LA EDAD

Acabo de llegar con mi kimbita del veterinario, es la edad y la puñetera artrosis lo que le agota y le hacen doler las patitas, por eso me ha dado un medicamento, para que se la frene y en una semana lo tiene que volver a ver, para saber si le ha ido bien y reducirle la dosis. Me ha dicho que tengo que ir haciéndome a la idea, pues al ser grande y con esa enfermedad no duran mucho, pero yo no lo he podido escuchar y venía llorando tan solo de pensar que se me pueda ir. Lo voy a tener tan lleno de mi amor, que me durará mucho y se mejorará, porque le voy a dar fortalecientes y que esté contento. Su hermanito se ha quedado muy obediente y tranquilo y cuando hemos llegado, lo ha recibido olfateándolo y moviéndole el rabito, pues se quieren muchísimo a pesar de esos celillos.

Ya no tengo nada que hacer, solamente descansar porque estoy rendida, esperando cosas y con mi niebla en la vista, que no me deja ver nada bien, una debilidad de tanto antibiótico, que me  cuesta mantenerme hasta yendo en la silla, pero ya dormiré mucho este fin de semana, que los aborrezco de tan horribles como son, en este solitario lugar, que si no sale el sol, no se ve apenas a nadie por ningún sitio.

Pronto vendrá mi amigo Miguel, pero estoy preocupada, porque se han quedado 1.600 personas en la calle, de las subcontratas de vodafone en España y él está dentro de esa cifra; es tan bueno, que le he ofrecido prestarle algo hasta que cobre el paro, dentro de mis posibilidades y no ha querido por nada del mundo, pues sabe que lo que tengo está muy reservado, para la mudanza de mi traslado cuando llegue ese día. Nos iremos a cenar por ahí con mi auxiliar, a la que está deseando conocer, porque se la pongo al teléfono todos los días, ya que no me falla ni uno, preocupándose de mi y me llama sin olvidarse nunca. Lo quiero mucho a mi buen amigo, es ese tesoro, que todos quisieran tener, porque en lo malo no me deja ni un momento y en lo bueno lo tengo que llamar, porque se olvida. También tengo otras amigas que me quieren de verdad, pero a veces las circunstancias del trabajo y el autobús no les cuadra para venir. Prefiero poco y calidad, que mucho y nada de nada, esas famosas amigas, que solo te buscan para lo bueno y ver lo que te pueden sacar, pero en lo malo desaparecen como por arte de magia y todo son pegas. Así que me quedo como estoy, pues lo que tengo, son de lo bueno a lo mejor.