AHORA, ES MI HORA

Ya estoy acostada, mis pequeños también, pero me preocupa mi Kimba y mañana lo voy a llevar al veterinario, pues lo veo muy cansado y no puedo soportarlo; quiero que le sigan dando algo, para frenarle la principiante artrosis, porque no me hago a la idea de perderlo. Mi Kimba es especial y me salvó la vida una noche, lo hablo todo con ellos, pero él lo entiende como una personita y me viene con su cabecita apoyándomela, para que lo llene de besitos, susurrándole lo mucho que lo quiero y me corresponde con esa mirada tan profunda que tiene. Mi Kimba se me hace mayor, pero no consigo hacerme a la idea, de que tarde o temprano se me irá, pues solo de pensarlo me salen las lágrimas, porque los cuatro somos una familia. Quiero hacerlo todo por él, alargarle la existencia junto a mi, al máximo, pero no permitiré que sufra por nada del mundo y permaneceré a su lado si llegara el momento, abrazándolo y dándole todo mi amor y mi gratitud a lo que me ha dado él sin límites, a su fidelidad, a su nobleza y a su compañía, que es un tesoro que valoro con todas las fuerzas de mi ser, desde el día en que lo recogí de la calle y lo crié como a un hijo. 

Kimba es mi gran amigo, mi enorme protector, mi gran compañero en la enfermedad con su comprensión y su apoyo, fiel desde que lo cogí en mis brazos por primera vez y nunca en esta vida he tenido, ni podría tener, otro animalito tan especial y diferente como lo es él........¡MI KIMBA!