EL REFUGIO DEL MAL

Las personas en general, que están en la cárcel del pecado, viven solas y amargadas y éstas no tienen a Dios en su corazón, porque lo demuestran con hechos llenos de maldad y están fichadas por Él, se hacen adictas a lo que sea, porque les persigue el Jefe de sus vidas, llamado Demonio, el que la gente cree que no existe y es el que persigue a los seres humanos, que destruyen el mundo por el dinero maldito, que en vez de ser justo para todos, es para llenarse los bolsillos esos avariciosos, que se creen que se lo van a llevar a otro mundo, cuando se los van a comer los gusanos.

La superficialidad y la carencia de llevar amor en el interior, es el peor castigo de quienes viven pendientes de los demás, no saben hacer otra cosa, son los jueces del infierno, inventan sus historias y se las adjudican a quienes eligen; les cae la baba a chorros de la lengua, porque ya la han refrescado de tanto bla, bla, bla, bla, y es que se aburren, se les van los maridos o les abandonan sus falsos amores y al final, se esconden en sus cuevas con esos olores que apestan, de tanto como han matado al prójimo, con lo que son ellas o ellos. Mis pequeños son la razón de mi existencia, porque saben como estoy y lo entienden todo, mi gordito es feliz y vive como un rey, ellos tienen sentimientos que muchos deberían tomar de ejemplo y no me abandonan ni lo harán nunca, porque me quieren de verdad y saben lo que es ser fieles y agradecidos, hasta que mueran por enfermedades o por viejecitos. Ellos y todo lo que me está regalando el cielo, mis profesionales con sus aciertos, mis auxiliares, mis amigos, mi amiga de Albacete, una historia llena de torturas, martirios y agresiones hacia mi persona, que quisieron acabar conmigo de la forma que fuera, y que no han podido conseguirlo, se ha vuelto en contra de quienes saben que los conozco muy bien. Estoy incapacitada y soy gran dependiente, pero ahora, ya no me siento una porquería y una inservible como me llegaron hacer creer con burlas sarcásticas, aunque tenga mis momentos todavía, ahora ya no me llaman pedazo de carne con ojos, tampoco minusválida de mierda, no me mandan a tomar por el culo, ya no me tiran del pueblo, no me llaman enajenada mental, la loca de los perros, tampoco huyen de mi lado, porque me pusieron de todos los calificativos delictivos habidos y por haber, ahora ha llegado el momento del Señor, para que se vea su gloria y condenen a los que me acusaron de lo que otra persona no hubiera podido soportar, y que yo he conseguido a base de drogas con tanta medicación recetada, gracias a mi gran Psiquiatra, a mi psicóloga y los demás que he nombrado, y aún así, no puedo olvidar en mi soledad cada una de las asesinas palabras, acusadoras de lo peor del mundo y que cuando me dan la cena y las pastillas, olvido porque caigo redonda sin enterarme de nada, pues ahora me hacen tomar otra más, porque la ansiedad me consumía y los llantos me volvían a aparecer.

Nada en este mundo podrá sanar el derrame interior que sufro, hasta que no los vea a mi lado en el juicio, sean declarados culpables y la jefa se mire al espejo viendo lo que me ha hecho, robándome lo que no era suyo y que no pudo con Dios que está conmigo, que se vea en cada arruga la maldad que lleva señalada, los engaños, la infidelidad, los malos tratos que me ha dado y sobre todo, una amiga que tendrá para siempre y que será la única que no la abandonará aunque la odie ella toda su vida, una amiga llamada SOLEDAD Y LA LLEGADA DEL CARRO DE LA MUERTE, PARA SER LLEVADA A LA ENTRADA DEL FUEGO TERRORÍFICO Y CONDENADA PARA SIEMPRE, porque no hay nada en un interior vacío, tan solo lleno de traición, calculamiento, egoísmo, rabia y la premeditación de haber jugado con un corazón bueno, que la creyó a ciegas, se dio por entero, sin barreras, y que fue tratada por su prepotencia y sus obsesiones, peor que a un cerdo, dejándola tirada e indefensa en otro nuevo infierno del terror, con el único propósito de incitarme al suicidio o llevarme a la locura.