MI VIAJE

El martes me tengo que ir a Valencia a recoger un documento y ya he hablado con la compañía de autobuses, para que manden uno con rampa elevadora y volveré en el de las cinco de la tarde. No os podéis imaginar lo bien que me tratan y lo pendientes que están de que viaje a gusto y con el cariño que me hablan. Pasaré el día con mi amigo del alma hasta las 4 en el que se quedará en el trabajo y yo me iré a la estación de autobuses, pues vendrá a recogerme, iremos a donde me esperan y comeremos juntos.

Ya no me importa en dónde nací, ni nada de lo que en realidad es una superficialidad en el mundo, ya que a mi me sobra todo lo material y vivo con lo justo, para tener un ligero equipaje. En lo único que me gustaría ser rica es en tener mi pareja y llenarla de amor cada día de mi vida y ella con la mía, pues es lo que da sentido a la vida. Hay un espacio muy grande en el ser humano, que no lo llenan las familias y que es muy íntimo, personal y que completa la felicidad que necesitamos, en el caminar de los senderos de alegrías y tristezas.

La noche, el día, el tiempo, cualquier momento nos hace comprender, que la soledad es la peor enfermedad que se puede tener, pues compartirse mutuamente y cuando llega la noche hablar con tu amor abrazándola, abrazándote ella y sintiendo el calor de dos cuerpos, que se unen en uno solo, es lo más divino e insustituible y nadie del resto te lo puede dar.

Yo no quiero loterías ni grandezas paganas, quiero a mi amor, a mi otra mitad, a la mujer de mi vida, para estar con ella hasta que la muerte se me lleve a mi o se la lleve a ella, para esperarme en el jardín, de las flores más bellas.