LA HORMIGUITA

Paseando por el campo vio una niña una filita de hormigas, todas iban cargadas de alimentos para llevarlos a su refugio, entonces pasaron otros niños corriendo y las pisotearon a propósito. La niña les recriminó por aquella acción de mala fe, de atolondrados que no miraban nada y de que le habían dado un empujón a ella. No les importó en absoluto y se fueron riendo.

La niña amaba mucho a los animalitos, admiraba y contemplaba como aquellas criaturas tan insignificantes, se organizaban con tanta inteligencia para no pasar hambre, el tiempo que permanecieran en su hogar.

La pobre no pudo hacer nada para salvarlas, vio como corrían a esconderse del miedo que tenían, pero se percató de que una iba rezagada, había vuelto a por su pedacito de molla de pan. La pobre hormiguita no podía con tanto peso y entonces la niña, la cogió con su manita y la ayudó a entrar en el agujero.

Se quedó muy feliz al ver que por lo menos había ayudado a aquella hormiguita, pero entonces se llevó una gran sorpresa: Empezaron a salir todas otra vez sin ningún temor, habían sido avisadas por la compañerita, de que un humano la había ayudado y eso les inspiró confianza para salir otra vez.

Otra vez volvieron a regresar aquellos niños corriendo, pero en esta ocasión, la niña los vio venir y se paró con los brazos en la cintura, con una postura de valentía total. Aquellos se quedaron parados en seco y con cara de asombro y la niña les dijo....¡qué valientes sois con los indefensos! ¡granduñones! ¿por qué no lo intentáis con los de vuestro tamaño?, el valor de la niña los dejó sin palabras y acobardados, se dieron cuenta de que no les tenía ningún miedo, entonces se fueron murmurando, caminando y mirando una y otra vez hacia atrás, a aquella niña que les había plantado cara sin salir llorando. 

Cada cual que saque su propia conclusión.