IGUALDAD PARA LOS MALOS TRATOS

Hoy se habla mucho de los malos tratos, sin embargo predominan en los hombres y no se duda en castigarlos, por parte de la justicia. Yo he sido brutalmente maltratada por una lesbiana mayor, que además de hacerlo con conocimiento de causa, ha sido de las tres formas peores; una, ella misma con sus insultos y complejos, riñas y gritos, aprovechándose de quitarme lo que no era suyo para destruirme, dejándome sola para irse a Barcelona y encontrarse con su aventura sexual después de Valencia, muy típico en ella, pues lo hizo con su marido también, con la que es tan buena amiga suya desde entonces y me envió sabiendo que es drogadicta y alcohólica, para agredirme físicamente y amenazarme con cortarme las piernas y pegarme una paliza otra vez por ponerla en contra mía, negándome una silla de ruedas y una calidad de vida decente, estando sola todo el día tirada en mi sofá sin poder ni hablar con nadie, prohibiéndomelo todo con mis amigos del trabajo, y ella, escribiendo sus fracasos las 24 horas, sin dejarme ni quejar por mis dolores y sabiendo que no podía defenderme, y la otra, la de las mentes pervertidas, que por orden de ella me torturaron hasta quedarse extasiados de placer; me llevaron delante de un juez con perjurios inventados, pero la ley sigue siendo imparcial y mis abogados lucharán, para llevar a estos brutales criminales hasta la pena que se merecen, porque se han aprovechado de mi estado y no han dudado en martirizarme una y otra vez. Existen las lesbianas mayores, mujeres mundanas, que cuando tienen una pareja indefensa y quieren deshacerse de ella, guardando una reputación inexistente en su pueblo, hacen lo increíble, para que ella tome la decisión y al no conseguirlo comienzan con el castigo peor, tras quedarme minusválida y hacerme desear la muerte cada día.

Me leen todos los días y no le deja tranquila, el miedo a recibir lo que tanto me merezco y que el Señor hará que se cumpla con la sabiduría de la tierra, porque antes me pego un tiro, que dejo acercarse a esa persona, pues es el ejemplo de lo que sería un hombre agresivo, violento, traidor y mujeriego.

Entran en mi blog porque los veo todos los días, ella me persigue por donde estoy, para ver si me provoca y cometo algún error, pero no se saldrá con la suya; tengo pruebas más que suficientes, para demostrar a criterio de un juez y de un fiscal que lo que me han hecho es un delito y por eso quiero ¡JUSTICIA!, no quiero nada más, y marcharme de este pueblo sabiéndose la verdad y no, como soy tratada, por culpa de ella y sus familiares, que me han quitado mi honra, mi moral, mi imagen, mi decencia, mi derecho a la intimidad, la de mi madre y me han acusado de las aberraciones más espantosas que jamás ha escuchado nadie, incluso hirió la sensibilidad del personal del juzgado. Mi psiquiatra, viendo lo traumatizada que estaba, las pesadillas, que no podía dormir, no paraba de llorar, que deseaba la muerte y me tomaba más pastillas de la cuenta, me aconsejó que denunciara aquellas brutalidades, porque es una profesional como ninguna y neutral como nadie, tiene discernimiento y sabe el daño incurable que me han hecho.

Ahora vivir felices y disfrutar a mi costa, porque de lo demás, ya llegará la hora y seré escuchada. Que la igualdad de la que tanto se lucha por alcanzar, que sea en todos los sentidos y no solo por casamientos, sexualidad o a lo que llaman amor, cuando no es verdadero, porque de éste hay que ir con una lupa, para encontrarlo. 

 EXISTEN LAS MUJERES LESBIANAS MALTRATADORAS Y DEBEN   SER IGUALES A LOS HOMBRES.