SI TE IDENTIFICAS, ESCÚCHATE DE VERDAD

Señor, Tú que no niegas la cercanía a las más grandes pecadoras y que engrandecerás a las que sinceramente se arrepientan, ten compasión de ellas y apártalas del maligno que las trastorna y enloquece. Libera de la esclavitud prepotente a quien camina en soledad y dale la luz de tu misericordia, para que puedan reaccionar, dales el don de la profundidad divina, y que se quiten las vendas de la falsedad; no dejes en la ceguera a quienes podrían haber visto tesoros y las arrastraron a la acequia del agua venenosa, porque estaban sin nada en sus almas y desde el principio, les pusieron el candado de una cárcel cruel y eligieron el camino equivocado, no dejes a esos hijos que no saben amar y solo buscan lo suyo, que se vayan consumiendo y despreciando la felicidad que pusiste en sus vidas y buscaron en el sexo la salida. Aparta la violencia, la agresividad, la traición que recibiste y la muerte en la cruz, para darnos la salvación, de aquellos seres enfermos por la maldad y que no pueden mirar en su corazón, para que puedan amar y lo cambian por rabia, odio, crueldad y fingiendo ser felices, cuando lloran ocultas en la noche, contemplando las estrellas y viendo sus realidades, escritas en cada una de ellas. Ayúdalas, aunque no te lo pidan y ponles el calzado adecuado, las sandalias de la humildad, y si las prueban y caminan con ellas, cargarán con sus pecados y las consecuencias llenas de paz, porque el arrepentimiento les hará discernir, que son merecedoras de lo que Tú les advertistes, y de que no quisieron escucharte.