ESCUCHA TU CORAZÓN, CON ÉL EN LA MANO

La necedad y la soberbia atacan gravemente, pues conocen al humano duro y se meten en las entrañas de su alma, hasta destruirla sin piedad. No lo permitas si quieres amar y ser amada, coge el corazón en tu mano y contémplalo, verás que eres desgraciada y estás llena de dolor, te está destruyendo el maligno, pero en tu casa la impotencia te hace llorar, porque quieres y no puedes, pues si escuchas a las malas influencias nunca podrás cambiar. Mirarse al espejo y entrar en el propio yo hace maravillas, para dejar derramar las auténticas lágrimas, de un amor que se quiere recuperar y para eso hay que arriesgar; reconocer errores de prepotencia, que a la gente no le cuesta dinero hacer creer, porque es gratis y fácil, no dan nada a cambio y ni tan siquiera las vuelves a ver, porque ni son amigas ni son nada, pues solo buscan lo suyo, cuando están necesitadas.

Sin amor la vida es un infierno y tu estás en el tuyo, si de verdad quieres tenerlo, búscalo con humildad, pero sin exigir ni pedir nada a cambio, porque eso nadie lo conseguirá. Gritar al cielo los verdaderos sentimientos, hace maravillas, escucha a quien te quiere ayudar y verás como caes rendida, ante la felicidad que deseas y no te darán los demás. Valora lo que sientes y no lo mates martirizandote, si te arrepientes, tendrás lo que buscas solo para ti, porque cuando se ama de verdad, nada ni nadie lo puede impedir. El miedo es cobardía, la rabia es amor, la ira es impotencia, pero dejar hablar el corazón, es la libertad y la paz, para recuperar a quien quizá sigue amando, pero debe seguir el camino de la verdad y que cada cual reciba su regalo.