OS QUIERO AMIGOS MIOS

Mi amigo del alma Atreides, como así lo llamo a veces, cumple 42 años, me llama todos los días sin fallar, pero las libranzas no le coinciden bien, para haber podido venir este mes. El que viene espera que le coincidan por lo menos dos días seguidos para venir, también quiere hacerlo otra amiga del alma que vive en la isla y en cuanto pueda, vendrá a pasar una semana. No me puedo quejar de las personas que me quieren y quiero, pues me llaman continuamente y ella va a ser yaya por parte de su hijo.

Espero que con el tiempo, llegue a enamorarme y olvidar un poco el infierno vivido y poder acabar superando bastante todo lo que me han hecho. Me siento agradecida a Dios porque no me abandona y me está ayudando en todo y es que los que hacen tanto mal, se vuelve contra ellos y acaban sacando su parte de herencia como castigo.

Me desagrada la gente tan mala y que disfruta con lo que hace, desafían todo y se burlan de tanto como disfrutan con las salvajadas y las agresiones, pero a base de luchar y con buenísima defensa, saldrá todo como me merezco.

Ellos son mi pesadilla, la medicación que tomo, para que mi mente no sea machacada con cada palabra, acusaciones falsas, brutalidades propias de mentes trastornadas, que ni tan siquiera reconocen que padecen de la peor enfermedad, pero conscientes de lo que escriben y hacen, la enfermedad de ser malos como el cáncer que corroe por dentro, y disfrutan con la metástasis.

La peor familia que pueda haber y una mujer más mala que la peste, me trataron de la peor manera, para deshacerse de mi, porque está enferma y de ella si que hay un informe que lo indica, aunque no cumpliera con su tratamiento. Cada vez deseo con más ganas de que todo acabe y reciba lo mio y que ellos reciban lo suyo. La semana que viene veo a mi psiquiatra, la cual me aconsejó denunciar tanta aberración, y la obedecí porque quería morirme cada día y mis pequeños me impedían hacer una barbaridad, pero ahora, se que con la justicia que se hará realidad, recibiré la recompensa a tantas injurias y calumnias graves, con alevosía, cinismos y risas sarcásticas.

Si a mi que soy inocente, y con perjurios, me castigaron de forma incomprensible, espero que ellos no queden impunes ante la ley, y que sean condenados realmente como delitos cometidos, según el código penal y tengan su sentencia merecedora.

Ahora, aunque esté el resto de mi vida, con la depresión que han empeorado en mi con sus agresiones, pueda llegar el momento en que me reduzcan las pastillas, para poder dormir y no estar despierta llorando con cada palabra machacando mi cerebro.

Las apariencias engañan, pues demostrar paz y felicidad, es a veces la careta de las preocupaciones que se llevan por dentro, y que se quieren disimular para que no sean notadas, pero la cara es el espejo del alma y en ella va reflejada la malicia premeditada y lo que puede pasar si se me aplica una verdadera justicia. 

 Las caretas de la vida en gente mala, perversa, traidora, sin corazón y con malos instintos