Es muy penoso, que en el mundo lésbico haya tanta mentira y se hable de que no les importa el físico sino el interior, porque son embusteras en potencia, que solo buscan un cuerpo atractivo, aunque sean bichos de lo peor. Conocí el caso de una vecina, que solo supo decir una verdad en su vida; y era que le daban asco las gordas, pero ella lo tenía todo horroroso y algo postizo, llena de arrugas marcadas y se creía mis universo, pero su autoestima era tan elevada, que no se miraba a su propio espejo. Tuvo una pareja delgada mucho más joven y que le de daba cien mil patadas en todos los aspectos, pero aun así, se atrevía a sacarle defectos. Cuando engordó un poco la machacaba y le decía, que ella nunca le había engañado porque seguía delgada y siempre le había dicho, que las gorditas asco le daban. Cuando la otra se ponía triste y la acomplejaba, intentaba suavizarlo añadiendo, que a ella ya la quería por como era, pero la mentira se le notaba a la legua y con el tiempo que iba pasando.
A mi me hacen gracia en ironía las que hablan así y no se miran así mismas, pues con esa forma de pensar lo dejan todo dicho, de que son superficiales, están vacías, no conocen los verdaderos sentimientos y encima se recrean ante ellas halagándose, convencidas de ser modelos y están para partirte de risa, pero de verdad, cuando encima son frígidas y malas a rabiar.
Vale más una mujer gordita que tenga personalidad, que sea femenina, dulce, romántica, apasionada, que tenga cultura aunque no con carrera, sea sensible, vibre con las caricias de su pareja, tenga una mirada de ángel llena de amor y sea una verdadera mujer, que delgadas esqueléticas cuyas carnes les ha desaparecido por la falta de entrañas, encima son ladronas traidoras, son viejas que dan pena y no paran de decirse una y otra vez, que son tías que están buenas.
Entre los heterosexuales pasa lo mismo, pero es que vivimos en un mundo tan repugnante, que solo se valora el exterior y ni tan siquiera los seres humanos son capaces de reconocerlo y por eso mueren las relaciones con tanta facilidad, pues no aguantan a la misma persona, porque se cansan y necesitan cambiar.
También es cierto que las hay preciosas y tienen profundidad, pero esto ya es un milagro de los que ya no se encuentran.
Nadie en el mundo es perfecto, pues si nos paramos a pensar, puedes ser un tipazo, guapa en cantidad, pero tener una cabeza llena de serrín con la que no se puede ni dialogar, de igual manera ser fea, horrorosa por dentro y tener la malicia de una criminal. La realidad es que todo se pierde, se deteriora y queda lo único que de verdad permanecerá, un alma llena de belleza que nunca desaparecerá y que es la realidad de lo que con el tiempo nos mantendrá enamorados, porque la carne se va estropeando para todos, hasta que nos llega la muerte.
Ni estar gordos, ni flacos, ni ser guapos, ni feos es para mi lo que enamora, es la persona en cuestión y sus valores reales de ser todo amor y tener una personalidad arrolladora, ser románticas de verdad y sinceras en todo, saber ser femeninas y sentir el amor verdadero, pero para lo bueno, lo malo y demostrarlo con hechos..,,, Para mí alguien así, sea como sea no tiene precio y es un tesoro, lo demás son cuentos chinos, de placeres sexuales, que van buscando sin parar, porque el ser humano no soporta nada, pero aman mucho lo material.
Muy bueno este artículo.....jejeje, todos acabamos en el mismo sitio, pero con la diferencia de que la hermosura esta en el espíritu como bien dices Carmencita, pero hay que no tiene ni una cosa ni otra..
ResponderEliminarMuy muy bueno
Un besote