DONDE MEJOR ESTOY ES EN MI CASA Y EN EL CAMPO CON MIS PEQUEÑOS

He cambiado mucho, cada vez me siento mejor sola con mis pequeños, en mi casita, que me ha quedado muy linda.

Salgo a desayunar, recojo a mis pequeños y me paso el tiempo en el campo o comprando. Estoy muy agradecida con la auxiliar que tengo ahora, pues me siento muy protegida por ella, como tampoco olvido a mi amiga hoy en día, y que fue mi anterior cuidadora.

La de ahora, fuera del trabajo somos amigas, este mes que viene nos vamos de cena y un día a Albacete de compras, es estupenda y no deja que nadie se meta conmigo, le han dicho de todo contra mi, por culpa de quien no quiero ni nombrar, pero ella no se calla, pues me conoce y contesta a base de bien.

Ella vendrá a visitarme el día que me vaya y estaremos en contacto, me dice que soy demasiado buena, que me gusta mucho ayudar y que aquí hay mucha maldad entre los que son de este pueblo en general, porque tiran la piedra y se esconden las manos como cobardes, así como me informa de quiénes son buenas personas. Un día me llevó al local en donde estaban todos sus quintos y en donde se reunen para cenar y bailar, fuimos para irnos a la verbena, pero en cuanto la vieron conmigo salieron pitando; se encaró con todos y no ha vuelto desde entonces, tan solo porque hay una más fea y hombruna, que de tan mala, podría hacer una cadena con las otras; sin embargo, se quedó conmigo y me hizo pasar una noche de cena, compras y baile estupenda. No le van para nada las mujeres, pero aquella noche nos miraban de arriba abajo y entonces de mutuo acuerdo, le solté ¡vaya morenaza que llevo al lado! y así nos reíamos, para que las chismosas hablaran un poco y no se aburrieran. No soporta a las lesbianas malas como mi ex...ni a los hetero... tampoco, es muy justa y la estoy enseñando algunas cosas, porque es sincera como deberían ser todos los seres humanos y las cosas las dice en la cara. Hay quien es muy mayor para decidir irse a la cama con quien quiere, pero para sus canalladas y maldades, utiliza al mulo de su hermano, que lo ponía verde, para que la defienda y me dijera de todo la tarde en que fui a suplicar, que dejaran de torturarme, pero me pusieron ante un juez, para condenarme valiéndose de lo que me había robado, dándoselo al agente, que desde aquel momento, me declaró la guerra, se removió todo el tema, me hicieron pasar por una médica forense y gracias a las explicaciones de la isla y los informes que habían de allí, más la de este juzgado y mis doctoras, no pudieron declararme enajenada mental, para internarme en un centro psiquiátrico. Eso amigos mios, es de ser la persona más mala que se puede llegar a ser, pues no acabó la historia ahí, gracias a ella y a su familia, la asesina más grande de este país es una santa a mi lado; lo que me han hecho es lo más horrible que le puede pasar a quien se acaba de quedar en una silla dependiente, de quien decía miserablemente, que antes se haría daño ella, que me lo haría a mi y que era su vida entera.

No escapa nadie de la justicia divina, cuando me tocan a mi, de esa forma tan salvaje, cruel y premeditada; una vez se lo comenté y no me creyó, pero ahora sabrá que no me equivoqué y que aún le queda por pasar.

Ni llora, ni siente, ni da, ni quiere complicaciones, ni sabe convivir porque es una grandísima egoísta, que cuenta lo que le interesa a su familia, quienes no me aceptaron nunca, y en la enfermedad iba a quejarse a ellos y entre todos planearon la forma de destruirme y protegerse si denunciaba los malos tratos recibidos. Lo que no hicieron porque no fue a consultarles, es que se echó una amante en su viaje, que ya conocía del anterior, joven, promiscua como ella, que se acostaron y cuando regresó, me destruía con su agresividad, su rabia, su abandono, su violencia, para que me hartara y me fuera, pero como no lo conseguía, al final suplicando, me dijo que no me quería y me tiró como a una porquería, dejándome abandonada, recreándose en contar sus placeres con la otra, burlándose el último día que vino yendo con ella por la calle, pero aquella vez tras dejarla muy contenta, se marchó para volar como un pájaro, escaldada y escupiendo los malos sabores que le dejó y que ya no la quiso ni como amiga. Jamás podría mirarme a los ojos y negarme que todo lo que cuento es mentira, pues si lo hiciera sería porque sufre otra enfermedad, que la llevan consigo los mentiros compulsivos, que se las acaban creyendo ellos mismos, pero no se mentir y por eso cuando me preguntó el juez si estuve en su calle, le contesté que si, pero lo que me quitó hizo que me condenaran sin motivos ni razón y que era de película la condena que me pusieron.