LA SABIDURÍA Y EL DON DE NUESTRA SEÑORÍA EN CASAS IBAÑEZ

Siempre he amado la justicia, he creído en ella y he admirado la figura de los jueces y fiscales, pues para mi, aunque pueda errar alguno por ser humanos, la labor que realizan es la más difícil y valiosa, junto a los médicos cirujanos, ya que estoy convencida de que el cielo les ha regalado una sabiduría y un discernimiento especial, que no todos tienen el privilegio de gozar.

Aquí he conocido a su señoría, la jueza titular y tenía mucha tristeza y pena, porque en un momento de miedo y terror, fui en su busca para refugiarme como una niña indefensa, y no me di cuenta, de que tenía mucho trabajo y se quejó de mi presencia con toda la razón, pero me marchaba llorando aquel día, desconcertada de lo que había hecho, sin pensar que ella no estaba para protegerme y no sabía lo que me estaba pasando. Conocí a su hermanica y estaba convencida de que era ella, con la que me pasó aquello, porque son de un parecido extraordinario, pues nuestra jueza titular fue la que escuchó y atendió mi denuncia y se abrió la instrucción como correspondía, a través del entonces mi abogado. Mi pena y preocupación, era de que su hermana le hubiera contado algo y tenía miedo, pero rezaba cada día, para tener la oportunidad de deshacer el mal entendido y pedirle disculpas y el Señor escuchó mi plegaria. 

Su señoría es muy joven y una gran profesional, sincera y con una imparcialidad impecable y me da una alegría inmensa encontrármela, porque siento cuando la veo, lo mismo que los jóvenes con sus artistas famosos, y gracias a ella por escucharme, no he perdido mi amor y fe en la justicia. Hoy se ha cumplido el regalo que tanto deseaba, pues le estaba enseñando los que me hicieron ayer en mi onomástica y me ha confesado con toda sencillez, que fue ella con la que me intenté esconder, me ha invadido una emoción muy grande, al poder mirarla a los ojos y humildemente pedirle perdón. Su sonrisa y enseñarle mis muñequitos han hecho que me fuera con lágrimas en mis ojos, por el gran respeto y admiración que siento por estos profesionales, porque soy consciente de su gran labor y de que es blanca en su trabajo y no se deja llevar más que por la ley y la fama que tiene de justa y de tener una integridad como debe ser. Quería dedicarle un artículo, porque a veces cometemos sin querer, por culpa de situaciones horribles, desesperantes y de no saber a donde acudir equivocaciones pero sin maldad, como lo hice yo misma desorientada y muerta de miedo, pues después de haber tenido el gusto de acercarme a ella y darme cuenta de que es una mujer joven, con todo un futuro de complicaciones por delante, que tendrá que resolver con la ayuda del Señor, se convertirá su inteligencia y su Don, en una madurez mucho más enorme con los años y será como representante de aplicar la justicia, una jueza como la copa de un pino, porque tiene juventud y en su mente algo que le viene de lo divino, por eso ahora puedo gritar desde lo más profundo de mi interior, que es encantadora, no discrimina y que se esfuerza en hacerlo lo mejor posible, porque además de ser señoría, es humana, es una mujer franca y estoy convencida de que no se deja influenciar por nadie ni por nada, pues me ha demostrado que corre por sus venas, una capacidad extraordinaria de ver la verdad y detectar la mentira, con la sencillez que puede tener en la calle como persona, y seria cuando debe serlo, como su Señoría. Nunca he sido pelota y no se mentir o fingir, pero expreso lo que siento, porque nací así y le deseaba, que aunque algún día dejara de existir, porque algo me ocurriera, nunca he pensado mal de ella ni de un fiscal, porque representan para todos, la justicia, la aplicación de las leyes, la imparcialidad y nuestra seguridad, condenando según el criterio de cada uno, lo que se demuestra si es una falta, o un delito.