NO OLVIDÉIS NUNCA

La maldad premeditada es tan criminal, como el que planea matar a alguien de forma consciente y sabiendo lo que hace. Esa es la diferencia del que actúa llevado por una enajenación mental, que primero se revisa a través de los especialistas de un juzgado, y se dan cuenta de cuando hay inocencia, o ha sido un momento en el que se pierde la consciencia porque algo que se lo ha provocado, y después realmente lloran porque sienten lo que han hecho y les sirve de atenuantes. Lo peor de todo es ser malo y tenerlo todo bien calculado, esa gente carece de corazón y buenos sentimientos, sufren trastornos, pero están cuerdos, y no se adaptan ni con los de su sangre, pues si se presenta gritan y dicen palabrotas, consienten a los demás sus agresividades y no hay quien las soporte, por eso si encima hay dinero por el medio, porque lo necesitan para sobrevivir, manifiestan dos caras, la de reprochar sin parar carencias que han sufrido, pero han valorado la bondad de la esplendidez de la economía. Hoy en día son los dueños del mundo, el dinero, el egoísmo, la falta de humanidad, el sexo, las drogas y cualquier cosa que les provoque una felicidad pasajera, porque están convencidos de que la vida son cuatro días y acaba aquí.

El desamor es el rey del planeta, la gente prepotente son de pena, los chanchullos destruyen las creencias, los ignorantes que van de sabelotodo y convencidos de que pueden hacer lo que quieran, acaban llorando y reciben lo suyo, quien presume de tener princesas y de amores eternos, solo dice lo que otros quieren escuchar, porque después se pueden tragar la lengua, o se sienten tan acomplejados que se llevan a cualquiera, porque no pueden elegir.

Lo que tengo muy claro es que no tengo prisas para nada y quiero estar bien segura, porque soy de las que empiezan una casa por los cimientos, para que se haga bien, dura, con buenos materiales y no volver a sufrir un tormento infernal en mi cerebro, que soporto día a día, drogada con tanta medicación, pero que por lo menos, me atonta, no me deja pensar y estoy más bien alegre, aunque cuando me dan las crisis a pesar de todo, me pongo un valium 10 mg debajo de la lengua y a dormir profundamente, pues aunque cayera una bomba no me entero de nada.