ME CAÍ UN TROMPAZO

Me caí el sábado un trompazo, porque las aceras están fatal y se me atascó la silla, cayéndome de morro y menos mal que me recogieron dos señores. Me pegué un buen golpe y me quedé llorando del dolor, se me puso la rodilla morada y a base de calmantes estuve toda la noche sin poder dormir, porque no podía más de lo mal que me quedé.

Ahora que voy al pleno hago ruegos y preguntas, luchando por las personas discapacitadas y haciendo preguntas, que no me contestan y se miran unos a otros, los ruegos los apuntan, pero yo no me rindo para luchar por nuestros derechos.

Ya que no puedo hacer nada y la lengua me funciona, así como el cerebro aunque pierda rapidez y alguna vez se me trabe la lengua, ya se han convencido de que no tengo nada de enajenada mental.

Estoy deseando de que llegue el día 28, pues me voy de comida con mi amiga, que me espera en Albacete, me distrae y me gusta la forma de conversar y la personalidad que tiene, no me cuesta nada esperar todo el tiempo que sea necesario, para volver a confiar y saber que no me van a tirar por el abismo de tratarme como a un animal y traicionarme hasta reventar de placer, así que la amistad no me complica la vida y lo bueno de todo es que me ha conocido así, no le ha importado y eso es un paso positivo, para ir ganando puntos y esperar a ver que va diciendo el tiempo al ir conociéndonos.

El día 21 me ve mi psiquiatra y estoy deseando de verla, para que vea la salvajada del último mensaje, porque se quedará con la misma observación que me hizo la otra vez, que quienes escribían todo eso estaban mal, pero mal, no se si se refería a mal de la cabeza o que eran malos a rabiar.

Todo lo que he sufrido, he llorado, no he dormido, las pesadillas con sudores fríos y creer que me moría cada día y el complejo que me pusieron, me lo han calmado con la medicación y mi psicóloga no me dejaba un momento, preocupándose de mi.

Ahora tengo todo el tiempo del mundo, para esperar que llegue mi día, un día muy especial que le dedicaré a mi madre, a mi hija y a mi misma, y si triunfa la justicia, lo celebraré mirando al cielo y llorando de emoción le diré al Señor: ¡Os quiero de todo corazón y he recibido lo que me merecía gracias a ti, mi Dios!.