LAS CARTAS

Aprendo mucho cada día, pero hay algo que no consigo meterme en el corazón y es la maldad, pero la sabiduría de adquirir el conocimiento de que existe el mal, pero el mal verdadero, con entrañas llenas de tierra seca, que no son capaces de engendrar buenos sentimientos, es un paso de gigantes que he dado, pero con una inmensa pena, al saber que el mundo lo destroza el ser humano cada día, porque nadie es feliz en el fondo y la burla contagiosa del maligno, les lleva a destrozar a los demás. La vida no consiste en tener buenas cartas y creerse convencidos de ganar, sino en saber jugar bien las que uno tiene y esperar a que llegue el final, pues nunca el diablo pudo vencer al rey del Amor, eso es algo que llevo muy arraigado en mi alma, porque nunca me ha soltado de su mano, por eso todo ésto que estoy pasando, solo es el aviso a la gran victoria celestial que se hará realidad, a través de la sabiduría y el discernimiento de los que han sido dotados, para aplicar la justicia en la tierra.

No me importa que me digan si ahora estoy muy guapa, que he mejorado, que como me pude enamorar de una mujer tan horrible, habladurías que me paso por las narices, pues a mi, me ha quitado las ganas de vivir, el infierno que he pasado, lo que se me ha hecho y que con tantos medicamentos mi cerebro han atontado. Las agresiones que he recibido de todas las formas, fueron la forma de terminar conmigo definitivamente, pues me mataron al principio cuando me fueron infiel con otra mujer, se regocijaban en explicarme sus placeres sexuales y me maltrataron, para hacer que yo me largara y al no dar resultado, acabar diciéndome la verdad a base de súplicas, de que no sentían nada por mi, pues la silla molestaba y Carmen ya no era nada, porque nunca lo fui.

Los que no saben amar, y son discapacitados cerebralmente con sus acciones criminales, no entienden ni diferencian el dolor de tanto amar y descubrir, que quien creías que era parte de tu ser, se acostaba con otra y gritaba sus gemidos, apartándote de su lado con malicia premeditada y padeciendo un martirio, para salvar una reputación y que nadie criticara un abandono inmerecido.

No se quiere, cuando no ha habido nada, pues en lo fácil y dándolo todo sin pensar en uno mismo, no supone ningún esfuerzo fingir, cuando la experiencia y la facilidad para irse a la cama es lo que predomina en las personas.

Yo ya no confío ni quiero que me hagan más daño, no puedo enamorarme aunque quiera, tengo miedo y no puedo ni pensar en tener otra relación, por eso cuando me ha llamado mi amiga esta noche, he decidido decirle que no, para comer juntas el 28; ni tengo ganas ni me apetece, me obligo a salir y a dar la cara ante un monstruo llamado desamor, mala educación, chismorreos asesinos y lenguas aburridas, que de no lavarlas, están más sucias que la porquería.

Nunca podré saber lo que es un poco de felicidad, pues no encajo en este mundo y por eso me ven diferente e incluso rara en mi forma de hablar, pues todo es tan superficial, que para acallar esas conciencias tan negras, necesitan cargarse a los demás como sea y de la forma que sea; ese es el mundo que tenemos gracias a la libertad de elegir entre el bien y el mal, pero es más fácil culpar a Dios de todo, porque siempre hay que señalar a alguien, de lo que las personas eligen libremente, para dormir bien y poder descansar.