Estoy segura, de que las personas que estén como yo, por accidentes o enfermedades, han cambiado todos de alguna manera y tendrán distintas reacciones o emociones, que en general, si no se ha superado todavía, suelen ser depresiones, que encima se agravan a morir, cuando les hacen pasar por lo mismo o parecido a mi historia. En mi misma situación y siendo jóvenes todavía, todos tenemos algo en común a la hora de sentirlo ¡no nos gusta la compasión!, tampoco que nos marginen o discriminen, que nos miren como obstáculos en mitad de una acera y que tengamos que retirarnos nosotros, porque se nos pone mala cara y no se bajan los que pueden, para volver a subir; que circulando por donde sea, siempre nos observen como máquinas inservibles que molestan y no debieran salir a la calle, esos amigos que estando contigo, quieran ganarse un ramo de flores, por hacer algo bueno,.......en resumidas cuentas, que te hagan sentir más minusválido todavía. También hemos estado como el resto y es mucho más duro, que te acribillen porque estás indefenso, que se aprovechen de ciertas circunstancias personales y se te acerquen para pedir o que les invites, que además se burlen y te pongan un cartel criminal, basado en calumnias espantosas; agresiones de todos los tipos, que quieras confiar y todo sean puñales, que hablen de profundidad y solo veas superficie, que cuando te quieren manipular como a una marioneta, que parezcas una carga tan grande, que si alguien va contigo, lo pongan de santo, al tenerte como un gran martirio que le ha tocado, solo por el hecho de ir con un ser humano así, que ni tan siquiera en ocasiones tienen que empujar, porque va en silla eléctrica y tiene conocimientos y consigue objetivos que ni ellos conocen. Ninguno queremos eso, porque eso se tiene en las casas de misericordia o en las residencias buenas; nosotros queremos igualdad y que se nos ame por cómo somos y por nuestros valores, que un amigo se sienta orgulloso de nombrarnos como amigo, sin añadir coletillas; que una pareja enamorada de verdad, aumente su amor y esté más unida, ¡que deseamos amor verdadero y ser tratados y vistos como a los demás!, pero al igual que con los niños, que se den cuenta de las barreras que tenemos y que nos convierte en más fáciles de destruir y matar.
Aquí muero cada día, pues me defiendo a capa y espada, lucho por lo que me corresponde, salgo con mis pequeños, me ven bien vestida, he salido por la noche, pero nadie sabe ni conoce, que empeoro cogiendo enfermedades nuevas, gracias al trauma que llevo arrastrando y que cada vez lloro más y más en mi intimidad, porque ya no puedo soportar tanto sufrimiento, ni esas mentiras, ni las lenguas, ni la soledad amargada, ni palabras llenas de falsedad, de prepotencia, de prohibiciones, de normas; Estoy agotada de que desprecien un carácter cariñoso, agradecido, profundo, humilde, culto, respetuoso, ¿tengo defectos?... ¡pues claro!, pero siempre reflexiono y soy muy paciente, pero en lo malo nunca abandono, no cobro, me gusta repartir si puedo, no quiero ser una marioneta, quiero ser como soy y me gusta, aunque no lleve puesta la coraza de hierro, que tan de moda está, pero siempre, cumplo lo que digo y no desaparezco sin dar explicaciones o advirtiendo primero, porque soy valiente y hasta intento que adquieran sabiduría divina, pero como decía el Señor: ¡no se le pueden echar perlas de comer a los cerdos!...Esta frase hay que saber interpretarla y hay que tener discernimiento para ello, por eso, muy pocos o quizás más de los que pienso la podrán entender...
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