Son casi las tres de la madrugada y estoy despierta pensando, hay un silencio estremecedor, porque la gente está durmiendo, mis pequeños están conmigo descansando y los cuatro junticos, sin separarnos, permanecemos en nuestro saloncito. Los miro y me doy cuenta de que son mejores que las personas, y que nadie diga que no tienen espíritu, porque ellos llevan el amor en su interior y no fallan nunca. Los mios se parecen a mi, pues los he criado como soy yo y se dan cuenta de todo, les hablo y entienden que a veces los saque alguien diferente; me protegen, me miman, me quieren con locura y me son fieles de verdad. Ellos lo son todo para mi y nos correspondemos mutuamente; si me ven llorar, lloran también y se ponen muy tristes; si me ven alegre, se ponen contentos y los tres quieren los mimos a la vez. Mi Kimba es algo especial, es como el hermano adulto, que viene cuando le deja el pequeño y me mira profundamente, porque tiene una inteligencia más grande de lo normal y me salvó la vida la noche en que casi me mato. Mi gatito Ninet al criarse con ellos, es más inteligente también, pues entiende todo; ahora nunca se retira a estar solito como antes, los tres son inseparables y un ejemplo a seguir.
Dentro de un rato me voy a Valencia, pues me reuno con mis abogados, después veré a dos amigos y comeré con uno, y ya me vendré para acá, deseando de llegar a mi casa.
Todos sabemos que los juicios penales por delitos tardan en salir, pero llegan siempre, por eso cuando sea su momento, veré a mi lado a quien me envió algo que ha espantado a quienes los han leído y que les debo haber podido soportarlo, a mi gran doctora psiquiatra, psicóloga y a mi auxiliar. Cierta persona conoce perfectamente su nombre y el de sus cómplices, empezando por ella misma. Nadie podrá esconderse ante la justicia, y tengo fe ciega, en que los que me crucificaron salvajemente y me violaron psicológicamente y moralmente hasta reventar de placer, con cinismo, sarcasmo y una mente retorcida, pagaran por ello con una sentencia de culpabilidad y su pena correspondiente. Seré fiel a mis principios y lucharé hasta el final, pero si fracaso, habré hecho lo posible y no seré una cobarde que se deja vencer por miedo, o por ser una lameculos de la dueña del pueblo.
Loa animales, no tienen Espíritu, pues solo el ser humano, a venido a este mundo para evaluar, ellos no evalúan, solo el ser humano tiene espíritu, un beso.
ResponderEliminarSe que no lo tienen, pero son mejores que los humanos y un ejemplo a seguir en dar amor, fidelidad y nobleza. Ójala lo tuvieran, pues irían todos al cielo.
ResponderEliminarBesitos amigos