MI CORAZÓN ANHELA UN BUEN AMOR

He nacido para tener mi parejica y amarla para siempre, por eso aunque es muy difícil encontrar a alguien, estando en silla de ruedas, y eso, es una realidad que tengo asumida, estoy segura de que esa mujer tierna, dulce, sensible, femenina, con un gran corazón, sincera, culta, humilde, con su geniete, pero llena de amor, sin venenos y maldades, agresiva, violenta y con miradas que dan pánico, está esperándome como regalo divino, para saborear la felicidad que nunca he tenido y cuando llegue mi salida de este mundo, que pueda mirarla y darle las gracias, por el amor recibido.

Sé que tendré lo poquito que para mi es la felicidad, una mujer preciosa por dentro y por fuera, de las que ya no quedan, como yo, pero guardada para mi, que me espera en un lugar mejor. 

Tengo el sistema inmunitario flojo, todo lo que sufro, las presiones, las calumnias, las difamaciones, los disgustos de escuchar insultos, me pasan factura y se me disparan por algún sitio, pero por cosas horribles como las que vivo aquí, por eso me atacó primero una cosa, luego otra, después otra, ahora la catarata y por eso me darán a la mayor brevedad posible, la vivienda con accesibilidad en una capital desconocida todavía, para tener la calidad de vida que necesito, sino quiero acabar en una residencia en cuatro días y llegar a ser una ancianita junto a la mujer de mis sueños, que se hará realidad y conseguiré ser feliz por primera vez en mi vida, sin martirios desde el principio, con gente mala y retorcida.

En mi cruz, la gloria que se me espera, en la que confío plenamente, en la que se me concederá lo que me merezco.....es la justicia y esa mujer femenina cuya alma, será gemela a la mía y caminaremos unidas en una sola, hacia lo más importante en la vida, esa maravilla llamada ¡AMOR VERDADERO, DEL BUENO!, después hacia la muerte, cogidas de la mano, mirándonos sin necesidad de hablar, con ese beso que endulza y hace vibrar todo tu ser, con el abrazo más lindo y tierno, con las caricias, la pasión y el calor de nuestros cuerpos, fundidos en un solo en el crudo invierno, con la alegría de la primavera, que saldrá más hermosa, cuando nos vea enamoradoras, y se pondrá tan contenta, que nos cantará una canción, para dos mujeres especiales y diferentes, que se amarán hasta más allá de la muerte, con el alma y el corazón.