La maldad siempre es cobarde y se esconde, porque tiene miedo de su propia suciedad y no pueden hacer otra cosa, pues es la forma que poseen de huir de ellos mismos.
Son sombras ocultas que acechan detrás de las órdenes, que les llega del infierno y no soportan que se les vea, para no recordar las obras de matanza, que han cometido mordiendo a sus víctimas.
Las definiría como los escorpiones más peligrosos, que solo atacan por la espalda de forma sigilosa y si son descubiertos, salen corriendo para que no se noten sus presencias y recibir un buen estacazo de los entendidos.
La gente especialista en reconocerlos huyen de ellos y se marchan a lugares lejanos para no ser encontrados y así esos animales, se han quedado con las ganas de poder morderlos y llevarlos a la muerte.
Siempre acaban siendo descubiertos por los exterminadores y mueren pisoteados para no envenenar a seres inocentes o bien se les extrae todo el veneno, para encerrarlos en una jaula y tenerlos para experimentar con ellos.
Jamás te dejan un buen recuerdo con esa presencia tan espantosa, después de haber pasado despacio por tu cuerpo y haberte clavado una y otra vez el veneno de la muerte.
Dan miedo y terror ante tanta criminalidad como llevan encima, pero al ser reconocidos no pueden dejarse ver, porque les domina la cobardía de sus asesinatos premeditados y burlones.
Lo mejor es cuando tropiezan con otro escorpión más fuerte que ellos y se los cargan antes de irse bien alimentados, sin más recuerdo que la sangre que han chupado de color de agua y no les ha gustado nada.
La rabia de estos animales es que no reconocen la verdad de sus acciones y siempre van despacio para pasar desapercibidos y así vivir felices entre las tierras secas del mal y esperar que se los lleve la muerte, porque ya no se pueden relacionar con otros escorpiones y mucho menos con las palomas blancas de la bondad y de la nobleza, que son incompatibles con tanta sabiduría dañina como poseen estos bichos, pero a la que la blancura de las palomas ya no les tienen ningún pánico, porque poseen el antídoto divino, que les ha salvado de seguir muriendo, pero con un sufrimiento peor que el del cáncer.
Una verdad muy inmensa...así es la cobardía del que no tiene buenos sentimientos...¡Animo!
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