INDISCUTIBLE

Os puedo asegurar queridos lectores: Que tengo un ángel de la guarda, que me protege y me ayuda, igual que a los niños indefensos, pues lo que voy a contaros es tan cierto como que existo, al igual que todo lo que comparto con vosotros.

Esta mañana me tuve que ir a la capital, pero antes desayuné y un senegalés, se me acercó para preguntarme si quería ser su novia, aparte de que me quedé de piedra, le contesté que no me hacía ninguna falta, pues era de un solo bando, tenía servicios sociales, amigos, cinco abogados y sobre todo, a Dios, que siempre va conmigo. Después me dirigí a la parada y me estaba esperando hoy, el autobús grande, y tras llegar a buen término, iba circulando cuando me ha parado un hombre y me dice que tengo una silla preciosa, al igual que la conductora, esto es insólito, ahora que estoy así, tengo más éxito aún que antes, aunque yo paso de todo y no me creo nada de nadie, pensé que me iba a hacer alguna pregunta sobre una calle y me fui. 

Al llegar primero a la puerta de la óptica, en donde compré mis lentes progresivas, se me partió por desgaste, el hierro de una rueda delantera y me quedé de lado, saliendo enseguida Ezequiel, que trasladándome a una silla, pudo ir a la ferretería y ponerme provisionalmente un tornillo fuerte, hasta que venga de Valencia el técnico y me cambie las ruedas delanteras, pues del desgaste me ha ocurrido ésto. Poco más me atreví a hacer y me marché a comer con mi amiga, cerca de la estación, en donde habíamos quedado, cuando se levantó al baño y se sentó una chica mayor que yo y me guiñó el ojo y me hizo una pregunta, a lo que cortésmente le dije que era muy muy anticuada y nada liberal.

Tras la comida, ya me despedí de esta chica estupenda, pero le fui como siempre muy franca, y le conté que no se cuál será mi destino, ni quiero enamorarme ahora mismo, porque estoy mal y necesito salir primero de aquí, para replantear una forma nueva de sobrevivir y poder volver a confiar, en la capital a donde me lleven. Mi felicidad es muy sencilla en mi existencia: Es tener mi pareja para todos los caminos del mundo, amarnos y ser almas gemelas, aunque cada una con sus cosillas diferentes, pero sin importancia, sin malas familias y sobre todo, sin hijos, una mujer para la que el amor y su bienestar sea lo más defendible, ante los obstáculos que le pudieran surgir, por eso estas fiestas han servido para que me hagan olvidar, pero no para ser feliz, ya que hubiera sido completamente dichosa, habiéndolas podido compartir con mi propia pareja. Soy así de especial y siempre lo seré, porque no quiero que me maten otra vez y me escupan como al estiércol, por eso cuando llegue el momento, será un regalo que reconoceré enseguida, por la sabiduría y la experiencia traumática, que me han dejado en este lugar asqueroso por la gente, no por el sitio, en donde el mal, abunda más que el bien.

La feria está teniendo éxito dentro de lo que cabe, aunque haya crisis, pues se compra, se tira en las tómbolas, se llenan los lugares de comida, pero también es cierto que los pobres vendedores tienen que ganar algo y hay que ayudarles, en la medida posible. Ellos no disfrutan, ellos trabajan aburridos si no tienen salida, solo los que salen a disfrutar de todo un poco, lo pasan bien y van con sus familias por parte de la mujer, otros por parte del hombre, pero lo normal, es ver matrimonios y mujeres divorciadas, separadas, solas, contemplando como bailan los demás y cotilleando.

Ya falta poco para septiembre, un mes decisivo para mi, un mes en el que sabré muchas cosas, pero hay una que ya sé, que cierto personaje que conozco, valora mi humilde inteligencia, porque sabe que la tengo y me ha obedecido de alguna manera, en un asunto de ropa. 

Dicen que la indiferencia es el mayor desprecio, pero no siempre, pues el orgullo que mata a la gente prepotente, es la forma de hablar para ocultar lo que temen y lo que les llegará, y como se suele decir: La cara es el espejo del alma y las que veo, lo reflejan todo, menos buenas intenciones, sobre todo una, que me persigue con la mirada y no pierde el control de mis actos.