Llegaste a la montaña escalando por ella, llegaste a la cima y pudiste verme y te enamoraste de mi, para bajar a buscarme.
Nos abrazamos y nos dimos cuenta de que nuestras miradas lo decían todo, éramos la una para la otra y nos quedamos juntas cogidas de la mano, para hacer de nuestro amor un nido indestructible.
El amor lo puede todo, en los momentos buenos y malos podemos saltar juntas sin peligro de ninguna clase, pues la raíz es profunda y muy estable.
Aun teniéndote junto a mi te contemplo como si fuera por primera vez, las mariposas de mi estómago revolotean y me digo una y otra vez ¡ esta es la mujer que tanto soñé!.
En la imperfección eres la más perfecta, la que era para mi cuando rezaba y no recibía respuesta, pero el que todo lo puede me concedió lo que me merecía, una mujer buena, bonita y mucha sabiduría.
Las aves del cielo empezaron a llegar para formar una corona, que era celestial, y nos refugiamos debajo de ella, para que nuestro amor no tenga final.
Tu piel es mi piel, tu cuerpo es mi cuerpo, tu alma y la mía se funden en una sola y somos valientes recorriendo el sendero de la vida, un sendero que nos lleva hacia la puerta cerrada, que algún día se abrirá, para que entremos con alas y nos encontremos con la verdad...
Uy que entrada, tan linda y emotiva hasta me saco un suspiro. Te mando un beso y te me cuidas
ResponderEliminarEres estupenda J.P y me alegra que me visites y me dejes algunas palabras tan lindas como éstas. Muchos besitos
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