Cupido, suele llegar a nuestras vidas de muchas formas diferentes, pero siempre, si esa flecha te la clava, acabas enamorándote. A veces es instantánea, en otras ocasiones conforme se van conociendo dos personas, en ciertos casos te llega con quien más mal te cae, pero si algo tienen en común todas ellas, es que ha de ser mutuamente correspondido.
Hay ciertas gentuzas, que son canallas, cínicas, calculadoras y grandes egoístas, que no importa si son horribles o no, se dedican a disfrazarse cuando quieren conseguir algo y juegan con cupido, porque no les importa nada ni nadie, por ese motivo, existen los maltratadores sin importar el sexo que tengan, pues conquistan con la careta, el diccionario y después sin tardar mucho se muestran como son, aunque sea temprano o tarde.
El amor debe ser equilibrado, nunca se debe llevar el peso en una sola balanza, porque siendo realmente un amor bueno, que lo da todo sin medidas acabas siendo basura y la bestia se autoconvence de ser mis o mister España, para dejarte al más mínimo contratiempo.
Cupido es bueno y está lleno de belleza, pero hay demasiada gente, que le escupe, le pega, le insulta, le dice de todo, le tira piedras y lo quiere tirar por un abismo, para ver si consigue matarlo. Es muy penoso, que ciertos personajes se llamen poetas, cuando estudian cada palabra durante días, para que queden preciosas, no tengan faltas, se llenen de una prepotencia, que es sinónimo de fracasados y no tienen ninguna inspiración real, que les salga del alma.
Ser poeta es ser humano, saber amar de verdad, disculpar lo que no deseamos admitir, pero no por nosotros mismos, sino porque nos engañan a sabiendas de nuestros sentimientos y ese amor nos lleva a la ceguera de creer y de no aceptar la verdad, que con mentiras nos siguen atando y no nos dejan marchar a su debido tiempo.
Cupido, cada vez está más escondido, pues tiene miedo a ser malherido, es inocente como un niño y no conoce la maldad, pues desearía lanzar muchas flechas, para encender con el amor verdadero los fuegos artificiales del castillo llamado ¡FELICIDAD!
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