LA LEYENDA DE LA TRIBU SALVAJE

En un oscuro lugar, rodeado de tierra seca y alambradas protectoras, se pasaba día tras día, un borrego sin lana, peligroso por su especie rara. Lo había convertido así una bruja sabia, porque era un humano salvaje y repugnante, que se paseaba casi desnudo por la cuadra en donde vivía y no le importaba que le viera nadie de su especie; por eso, un miembro de su tribu, se fijaba en sus partes bajas, en lo peludo que era y en su barrigón; se iba contándolo en el idioma de ellos y lo ponía de cochino para arriba, era la hechicera de la tribu, que lo miraba de arriba abajo, sin parar. Un día le preguntó la bruja sabia lo siguiente ¿por qué te fijas tanto en lo que no deberías? y aquella le contestó a su manera...¡ porque me llama la atención lo estrecho que lleva el taparrabos, que le hace tanto bulto!. El borrego tenía una compañera a la que no le gustaba nada que la tocara, se creía incluso que era una atrofiada, por eso se conformaba en visitar a un curandero, que le proporcionaba felicidad con su compañía y no le fallaba nunca. La hechicera de la tribu, encendía una hoguera cada vez que miraba hacia arriba, pero no alcanzaba a tocar lo que tanto le desesperaba, aunque subía y subía por un árbol, para coger una rama y que se la apagara como fuera, pues el fuego que se esparcía hacía peligrar a los de alrededor. En esa tribu, todos estaban enfermos, pero la peor se creía que era una princesa y se convirtió en una india ligera, siempre desnuda y que se iba con los indios jóvenes de otras tribus, que se la rifaban para pasar el rato, pues la convirtió así la hechicera, por el trauma que le produjo, conocer que aquella era de otra especie y encima rara y diferente, a la que le colgaban los dientes. Era una tribu salvaje, tan salvaje que a la pobre anciana de la misma, la hechicera la trataba muy mal cuando se puso enferma, siempre le estaba reprochando sin parar, le gritaba porque todo le molestaba, la escandalizaba con sus ritos de celo y cuando la llamaba, se volvía loca cantando, para llamar a satanás y solo la halagaba por sus tesoros, que guardaba para ellos. La tribu era famosa entre todas las tribus, conocidos por lo guerreros que eran y sus robos, por las fechorías que realizaban, pero sobre todo, porque entre ellos se lanzaban espadas y se deseaban la muerte en silencio, cuando no se tenían de frente.

La bruja sabia, volvió a aparecer, convirtió al borrego en lo que era, un indio pintado, que hacía el ridículo con su fama de hacer canutillos y maldades, de pertenecer a una raza diferente todos ellos y no hablar bien su idioma, la hechicera lo perdió todo, pues se dedicó a lo que era y acabó cayendo por un abismo entre los árboles de aquella selva, la princesa terminó en la casa del terrorífico jefe principal, que la encerró en una jaula , pues le quitaron lo que poseía y el indio que la dejó, la vendió al mejor postor, harto de sus anormalidades y así fue como la castigó, según sus costumbres.

Por fin hubo una reunión entre las demás tribus, los más grandes y llenos de conocimiento formaron un baile ritual, para tomar una decisión y cuando terminaron, decidieron comérselos a todos y no dejar ni los huesos, porque además eran caníbales y no les importaba la clase de carne que fuera; se dieron su buen atracón y aquella tribu de cerebros irracionales, desaparecieron y no volvieron a reproducirse, quedando seguro el lugar, que celebró una gran fiesta, pues eran la deshonra de las normas de aquella gente, solamente se mantuvieron intactos los huesos de la hechicera, pues según el libro del gran jefe, significaba que en vida, ya era esqueleto por vieja, que fabricaba hierbas venenosas y era favorita del gran Satanás.