LOS FINES DE SEMANA ESTO ES UN CEMENTERIO

No soporto los fines de semana, pues el pueblo es un cementerio en el que la gente parece que desaparece. Solo se ven a los que van a misa y luego se meten en sus casas o se van fuera, y el aburrimiento me desespera, porque no tengo mi autobús para estos días y poder irme a la capital.

Los días que están haciendo son preciosos, tener un buen amor para disfrutarlos sería lo más grande, pero todavía me es imposible enamorarme, aunque con el tiempo no se lo que ocurrirá.

Hoy por hoy tengo todos los cuidados que necesito, poseo calidad de vida en mi casa con mi auxiliar, que viene tres veces al día, me traen la comida, tengo teleasistencia, una silla eléctrica que me da independencia, mi paga decente y los precios mínimos en los servicios que necesito, una casita muy linda y bastantes amigos, pero nada me llena lo suficiente, porque estoy malherida y con tanta medicina no como casi nada y me siento muy sola, pues mi sueño y mi ilusión era hacer realidad encontrar una mujer por su interior, y convertirla en mi tesoro más sagrado, para darle toda mi vida hasta que la muerte nos separara. Nadie ni nada, me hubiera apartado de ella, pasé por el odio de muchos familiares, no hubiera permitido que me la nombraran para mal, todo me parecía poco, la llevaba a donde quería, les regalé teléfonos a unos hipócritas y malos a rabiar, veía a su hija gracias a mi, soporté a un loco y después fui la taxista para cualquiera y no disfrutaba de ella casi nada, porque me pasaba la vida viajando, los lunes me iba de madrugada, con hielos, tormentas y una niebla que asustaba, pero eso no le importaba a nadie, ni tan siquiera una llamada recibía para saber si había llegado bien, pero El Señor que lo sabe todo y ve nuestros corazones, conmigo está haciendo justicia y todo se vuelve en contra de los culpables, me fue infiel y la tenía preparada, por eso volvió con una agresividad exagerada y me dormía pidiendo de no volver a despertarme, pues me estaba mentalizando de que ya era una inútil e inservible, ni tan siquiera era más importante que la estética de una casa, por eso me negaron una silla de ruedas, todo eran pegas y problemas, recalcarme que le decían que era un pedazo de carne con ojos, cuando lo decía su hermano, todos le hicieron comprender que yo no era de la sangre y que no tenía por qué aguantarme, fue muy obediente porque le convenía, pues la realidad es que nunca me quiso, y en la enfermedad me aborreció dejándome tirada, sin humanidad, gratitud y estando con otra, para burlarse lo que quiso, hasta que la morbosa la borró del mapa después de un poco de sexo, creyéndose que iba a encontrar otra tonta como yo, más joven todavía y que no le iba a faltar ningún fin de semana; permitió que me pegaran físicamente y que me amenazaran con cortarme las piernas y darme una paliza aunque estuviera en una silla; los que ella conoce muy bien me agredieron moral y psicológicamente, se atrevió a ponerme delante de un juez y me condenaron siendo inocente, porque yo era la de fuera y la palabra falsa y llena de contradicciones de un  hermano y una prima inexistente, me llevaron a un arresto domiciliario de cinco días y seis de alejamiento, cuando es ella la que me busca y sale a mi encuentro. Jamás me hubiera pasado por la cabeza tanta crueldad y tantas barbaridades, y aún así me daba pena cuando se quedó sin nadie, pero los que tanto dicen quererla la han dejado sola, entre cuatro paredes y que ahora que no tiene tanto para dar en dinero, se dará cuenta con el tiempo, que los padres son instrumentos de ayudar, pero no ser ayudados en nada, solo con palabras que se las lleva el viento.