LOS MALOS TRATOS

                                                                                              

                                 

                                         
                                                                                                                                                              Cuando hablamos de maltrato, en general siempre nos referimos a los hombres, sin embargo también hay mujeres, que lo practican psicológicamente con sus parejas.

Parece ser que el machismo sigue existiendo y cada día con más violencia, hay hombres que no soportan la igualdad entre ambos sexos, y se creen con derecho a ejercer su dominio sobre la mujer.

Ahora ya no es como antes, los hombres se casan y no entregan el sueldo a la esposa, que se ocupa de las labores del hogar y tienen que andar pidiendo el dinero con cuentagotas. En el caso de que ambos trabajen, aporta cada uno un tanto y eso lo veo muy bien, aunque yo personalmente haría que me pagara las salidas, a no ser que alguna vez me apeteciera hacerlo a mi.

El hombre pega y tiene mucha fuerza, las compañeras salen agredidas y con un terror inmenso. Tienen miedo a denunciar por las amenazas de muerte, porque en este país me hacen gracia, las medidas que toman al respecto, el que se lo propone acaba matando a su mujer o novia, cuando le da la real gana.

La justicia la impone un juez según su criterio, un mismo hecho, un juez lo ve falta y otro lo ve delito y cuanto más delicuente eres, menos pena te ponen.

Me río de esos que nunca recuerdan lo que han hecho, matan y alegan que no saben nada. Otros se cargan a toda la familia y se entregan ellos mismos, porque saben muy bien lo que acaban de hacer.

Los hombres maltratadores consiguen lo que quieren, la ley no puede poner a un policía de guardaespaldas para la señora, no los meten en prisión enseguida cuando los denuncian, y el final es un entierro lamentable en donde llora todo el mundo.

¿Creéis que se podrá acabar con este grave problema?, pues yo estoy convencida de que no, creo que no hay suficientes recursos para acabar con este infierno del maltrato.

Los hombres maltratadores no aceptan una ruptura, consideran de su propiedad a quienes les dejan, piensan que si no son de ellos, no serán de nadie.

Me cuesta concebir que se le conceda permiso a un maltratador, para ver a sus hijos en el periodo que le corresponde, me parece una verdadera locura por parte de la ley.

Muchos de estos personajes son borrachos, no tienen trabajo, tienen doble personalidad, una figura desfavorable de sus madres o simplemente son violentos de naturaleza.

Las mujeres que se defienden y los matan por salvar su vida, no han cometido ningún delito, porque era su vida la que estaba por el medio, por lo menos así opino personalmente

Otras mujeres son maltratadoras psicológicamente con sus maridos o compañeros, porque siempre les están degradando, humillando, reprochándoles, prohibiéndoles ver a sus padres, salir solos y eso también daña al ser humano.

El amor entre las parejas puede llegar a ser muy dañino, si uno de los dos deja de querer, la otra parte puede reaccionar mal, acosándole con mensajes, insultos, persecuciones y como consecuencia acabar ante un tribunal, incluso por asesinato.

Se puede llorar, entrar en una depresión, dejar de comer, eso depende del corazón que ha quedado roto, pero siempre en silencio y por encima de todo mantener la dignidad. Llegado ese momento acudir a un profesional, ponerse en sus manos y dejar que el tiempo ponga su parte.

Hay quien ama, no es correspondido y jamás olvida ese amor pero de una manera buena, que le permite desearle lo mejor y la mayor felicidad en la vida.

La violencia engendra violencia y dos no riñen si uno no quiere, la mente se puede dominar si estas sano, si no lo estás, existen los medicamentos que te da un psiquiatra, para quitarte la ansiedad, las crisis de angustia y para que duermas mucho y no pienses en nada. Al final si tú quieres te curas de esa historia, pero si son hechos desfavorables en toda tu existencia, el final es una depresión crónica que te dará algún momento de levantamiento y otros de hundimiento total, depende de la cruz que te haya tocado vivir y tu debilidad emocional.

Sea lo que sea hay que tener respeto hacia los demás y es preferible perder, que ganarse una pelea o un navajazo.