Ayer me di cuenta, de que si mi mujer cae, yo caigo también, pues no está bien y al levantarse de la cama perdió el conocimiento cayéndose de frente y se pegó contra el suelo sangrando sin parar. Tras la impotencia de no poder ayudarla tuve que pedir socorro llamando a la persona que me cuida y vino volando sin pérdida de tiempo. Después de tumbarla en el sofá e ir a buscar un coche sin encontrarlo, su mirada se perdía en blanco y lloraba sin parar suplicándole que no me abandonara llenándola de besos y hablándole sin cesar, así iba reaccionando un poco. La muchacha cuando regresó había llamado a los médicos y lo vecinos se volcaron en ayudarla, por lo que tras desear morirme de verla así, gracias a Dios recobró el conocimiento y le diagnosticaron un bajón de azúcar importante. Nadie se puede dar ni una idea de lo que sufrí y de como todo se me derrumbaba a mi alrededor y me di cuenta del amor tan inmenso y divino que siento por ella. Ahora mismo ha venido el enfermero, pues volvía a sangrar sin parar y la doctora la ha mandado al hospital, para que la llamen y le hagan todo lo que haga falta, para ponerla bien, pues padece del tiroides y del nervio simpático del corazón.
Mi mujer es fuerte y se que se recuperará, pues ella me atiende cuando no está la muchacha y se encarga de la cocina, de los pequeños y de lo que sea, pero es mi vida y no quiero que se esfuerce para nada. Ella me dice que soy yo la fuerte y que si no me tuviera con ella su vida no tendría ningún sentido, pero es que las dos nos amamos de verdad y nada nos importa más, que estar para lo bueno y para lo malo.
El amor es lo más maravilloso y más grande, por eso, si mi mujer cae yo caigo, pero ahora, cuando yo falte nos enterrarán juntas y ya no vagará mi espíritu sin rumbo alguno, pues quiero irme antes que ella cuando sea mi hora, para esperarla y descansar juntas en la eternidad...
Mi ángel de amor me ha hecho descubrir lo desconocido y con ella me pierdo en el valle de la felicidad y sin ella no soy nada, pues forma parte de mi y ya nunca podría funcionar sin la mitad de mi ser, pero Dios me da fuerza para hacer lo que sea dentro de mi indefensión, para que vengan a socorrerla y estar al lado de mi gran amor...
Ayys Carmen!! qué susto imagino que pasarías un momento horrible, pero por suerte y como bien dices, ella es fuerte y cuando sepan que fue lo que pasó ya todo volverá a la normalidad. Mientras tanto, las fuerzas las necesitas tú ahora para las dos, y ya después siempre juntas.
ResponderEliminarBesitos y ánimo para las dos!!!
Gracias amiga por tu apoyo, pues estoy teniendo esa fuerza que después me pasa factura, pero por mi mujer pierdo la vida si es preciso. Un beso
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