INVERNACIÓN DE DOS ENAMORADAS

Mi mujer y yo hemos decidido invernar como los osos, porque el frío es insoportable en la calle debido al viento que sopla y porque por la noche, la helada es prácticamente nieve, que se va deshaciendo con el nuevo día. Ayer fuimos al hospital para mi, pues me tocaba la revisión con mi urólogo y me llevaron a Albacete, porque es el único que no he querido trasladarme a Almansa, pues él y su enfermera me tratan y me controlan de una manera impresionante de bien y no permitirá, que mi problema incurable vaya a más, además del cariño que me dan y que yo les tengo. Mi pareja estuvo a mi lado en todo momento y no nos separamos de lo felices que somos, así que salimos por lo que realmente es imprescindible y hemos llenado la nevera y en caso de irse la luz de tanta lluvia y nieve, por lo menos nos queda la despensa completa de reservas, porque hasta que venga el calor lo tenemos todo muy claro, para invernar todo lo posible y nos lo pasamos bomba jugando al parchis, apostándonos hacer el amor, es decir, si gana ella hacemos el amor y si gano yo lo hacemos dos veces, es la única manera de entrar en calor ya que la sangre se renueva de tanto gozo placentero. No os podéis imaginar el amor tan inmenso que nos tenemos y el cielo que estoy viviendo tras salir del infierno y hacerse mi sueño realidad, pues mi mujer es un verdadero ángel llegado del cielo, para darme todo lo que necesito y sentirme la mujer más dichosa de la tierra. Somos pareja de hecho y el día 2 de diciembre, si Dios quiere, nos iremos de viaje de novias, para rematar la faena...

La mejor cocinera del mundo la tengo conmigo y tan solo utiliza un grill plancha, en donde hace para las dos maravillas de platos, que no se quedan ni sucios, aparte nuestros pequeños no pueden sentirse mejor de ver que su otra mamá los saca tres veces aun estando con una gran catarro, que le ha llevado a que le tengan que estar poniendo oxígeno. 

Mi mujer, me ha comprado una botas preciosas, para que no tenga frío en los pies y nos gusta lo mismo a las dos, excepto los zombies y no tenemos tiempo para aburrirnos, porque hacemos de cada amanecer un color diferente, que nos lleva a estar más enamoradas a cada momento.

Ahora, he comprendido con conocimiento de causa, que nada nos pasa en la vida por casualidad, pues se vale de los monstruos, para llegar al paraíso blanco de la belleza sin igual y valorar con más intensidad y con un amor tan profundo y apasionado a la mujer que el destino te tiene preparado para siempre...