NUNCA ME RENDIRÉ

Aquí estoy, sola en una silla de ruedas, enfrentada a la batalla del demonio maldito, al que no le gusto nada y pretende acabar conmigo.

No, no me rendiré, eso jamás, pues existen en la tierra los jueces del bien, que acabarán con lo sucio, con todo lo que me han hecho y me están haciendo y se verá la verdad y la culpabilidad.

Gracias a Dios, que está a mi lado, para acabar con los que desean destruirme y no podrán hacer otra vez chanchullos, para que todo cambie y se vea la realidad de los delitos cometidos.

El odio por no mentir, la venganza de la rabia descubierta, el despecho de la verdad, pero sobre todo los métodos utilizados con premeditación, aprovechamiento, indefensión, ensañamientos brutales y el consentimiento de hacerlo todo, para empeorar mi salud y hacerme desaparecer, se volverán en contra de quienes están obsesionados conmigo.

La depresión, no es enajenación mental, pero un trastorno neurótico por insociable, dice mucho de quien ha querido matarme con las armas de la maldad, cuando me hizo barbaridades, para tirarme a la calle y justificar sus acciones.

No, no me rendiré, quiero justicia, por todo el daño recibido, que ha empeorado mi salud y me incitaban al suicidio, porque ni celos, ni nada siento, por una señora, que no vale nada como persona, pues es traicionera y una vividora, que solo quiere placer de expertas y sin complicaciones de ninguna clase, es dominante y cuando ya no le sirves, como esclava que fui de ella, en la enfermedad me maltrató, para que entrara la luna y desaparecer sin dejar rastro en las noches nocturnas, porque nadie la aguanta, excepto una ingenua primeriza como yo, que cayó en su trampa.

Al principio no daba crédito porque el amor me cegaba, pero en la persecución supe ver como era y en el chantaje, se me cayó del todo la venda.

Aquí estoy, aquí seguiré, porque con la nobleza que tengo y el no conocer la malicia, hará que triunfe la justicia, en la que sigo creyendo a pesar de todo.