LA CUENTA ATRAS

Ha empezado la cuenta atrás, para la más esperada y anhelada salida de los años más espantosos de mi existencia pasados en este pueblo, años que tardaré en superar, si lo consigo, pero que cuando esté bajo el cielo azul de otro lugar, me ayudará a no enfrentarme a este infierno, que me ha dejado muerta de todas las crueldades más grandes que se le puede hacer a alguien, que lo dio todo a cambio de nada.

Cada cual tendrá lo que le corresponde en función a sus maldades y a jugar con los sentimientos de los demás de forma premeditada y esperando el momento de clavar los puñales por la confianza, para robar cosas que no les pertenecían y que espero de la justicia que reciban la condena correspondiente, porque no hacía falta maltratarme y ser ladrones, para tirarme a la calle en la enfermedad y dejarme abandonada sin asistencia, pero lo hicieron a conciencia, para protegerse de sus reputaciones a sabiendas de lo que hacían, para destruirme si denunciaba los hechos, como así ocurrió.

La gente que no mira su interior traicionero es porque goza con el que tiene y no saben decir una verdad ni por equivocación, solo buscan lo suyo y aunque tengan que hacer lo que sea, cuando ya no les convienes, no les importan los métodos a utilizar en tal de conseguir sus propósitos.

Cuando me vaya de aquí será lo mejor que me pueda pasar, pues las mejores actrices de teatro en la lista de los españoles las he conocido en este lugar, porque de los dichos a los hechos hay muchos trechos.

Yo seré olvidada, pero hay quienes se quedarán aquí y aunque los hipócritas rían las gracias del saludo cotidiano, en la espalda siempre tendrán de qué comentar por los honores ajenos, que se han ganado con sus prácticas ciertas personas y que se dejaron su mala reputación hace muchos años.

El que vive del qué dirán no solo tiene que decirlo sino demostrarlo, pero hay quien  actúa a escondidas creyendo que nadie ve nada y lo saben todos. Son apodadas o apodados, se les ríen, son malas o malos, nadie les compra patatas a la hora de la verdad y siguen convencidas o convencidos de ser lo que no serán jamás en sus vidas.

En las mujeres lesbianas promiscuas y que son mayores, si muchas tuvieran la gracia exterior de poder conquistar fácilmente a otras mujeres jóvenes, cada día tendrían una diferente, hasta que se cansaran o se les estropeara y convencidas de que no se enteraría nadie, huirían de ellas de lo famosas que serían, convencidas de ser unas creyentes que van hablando de amor verdadero como si no hubieran roto un plato en sus vidas.

Una vez dije en uno de mis temas, que no por nacer en un hogar de amor, lo heredan los hijos, pues hay quien nace en ese ambiente y luego ni tienen entrañas, ni conocen la fidelidad, ni la honradez, ni la decencia, ni tienen corazón, ni saben lo que es la moral, ni la bondad y si aguantan algo, todo es por dinero, aunque se tengan que cagar en Dios como lo hacen muchas personas, para disimular lo que no hacen a gusto y lo llevan fatal.