ADIOS VIDA MIA

Adiós vida mía, te deseo lo más grande del mundo, a pesar de que nunca me has querido, ni he formado parte de tu vida.

Moriré sola sin nadie que me llore, pero en mi corazón te llevaré, porque te quiero y siempre te querré.

Entre todas las lluvias que han caído, no sería suficiente el agua acumulada, para compararlas con la cantidad de lágrimas que han salido de mis ojos, recordando tus desprecios y no significar nada para ti, escuchando cada una de tus palabras, que quedaron tan gravadas en mi ser, que a pesar de hundirme y ahogarme no te olvido ni un segundo y vas conmigo, que vivo como siempre sola y destrozada sin dejarte de querer.

Siempre me es fiel la soledad, la que nunca me abandonará y la que yo tanto odio, pues no puedo con este mundo y por eso siempre seré diferente, aunque no me valores ni me  tengas presente.

Que seas feliz es lo que deseo y si la rabia que me tienes te da la dicha completa, pues bendito sea Dios, porque yo no te la tengo ni la conoceré jamás, aunque no soy nada ni lo seré para ti; por eso, vivo sufriendo por dentro como no lo imagina nadie, pero un juez y un maldito te alejó de mi.

Soy un ser humano y quisiera morir cada día, pues ya no me queda nada y solo tengo agonía.

La ansiedad me quita el apetito, el miedo a lo desconocido también y por mucho que huya, el pasado me persigue y se ha hecho con el poder.

Ya no me quedan ni sueños, solo realidades que me han quitado la luz y no distingo ni los colores, pero mi alma está tan dañada, que no le tengo miedo a nada.

Si no tuviera a mis pequeños, nada me haría sobrevivir, pues me gustaría irme con ellos, para seguir estando juntos, porque seguro que también vendrían al cielo.