LUNA Y SOL

Eran dos chicas jóvenes que eran muy buenas amigas, una se llamaba Luna y la otra Sol, las dos eran completamente distintas pero se llevaban muy bien y se complementaban mucho, porque lo que le faltaba a una, le sobraba a la otra.

Luna era de buena familia, no había tenido que padecer en esta vida, era inteligente y sacó su carrera porque aspiraba a tener un buen trabajo. A pesar de todo era bastante sencilla vistiendo, tratando a los demás, era tímida, con voz dulce, aspecto angelical y algo sensible.

Llevaba trabajando mucho tiempo en empresas importantes, hasta que se convirtió en la responsable de una multinacional que construía vehículos.

Sol era igual de inteligente, tenía también sus estudios, era de aspecto más ejecutiva, aparentemente era agradable y muy cariñosa, estaba casada y era madre de una niña, pero detrás de toda esa forma de ser, se ocultaba una gran manipuladora, una hipócrita de gran calibre, no le importaba nadie y lo que hacía bueno, era solamente para sacar sus propios beneficios.

Dio la casualidad de que las dos trabajaban en el mismo sitio y cada una mantenía sus favoritismos con las que eran iguales a ellas, todo lo hacían de forma, que parecían comportarse igual con todos los empleados.

Luna a pesar de ser la máxima responsable, no hacía nada sin consultar primero con los propietarios y siempre era teledirijida, no se metía con los capataces mientras le rindieran cuentas y la producción saliera adelante, no salía a controlar a la gente a pesar de ser muy observadora; y los conocía a todos, por los informes que le pasaban del personal que le rodeaba. Nunca levantaba la voz, pero con la mirada y la forma de hablar, le tenían pánico y nadie se preocupó de saber cómo era ni de conocerla.

Sin embargo Sol era famosa por su antipatía y falsedad aunque lo disimulaba muy bien, a pesar del alto cargo que desempeñaba en otro departamento, gozaba de más poder que Luna.

Luna era mujer de categoría laboral pero se dejaba influenciar mucho por Sol y eso se notaba demasiado, era como su bastón, pues Luna no servía para tanta responsabilidad. Ella era para ser importante profesionalmente, pero como trabajadora, que debía cumplir con su obligación y teniendo sus jefes como los demás, pero a mas alto nivel.

Luna era humana, le gustaba ayudar, escuchar, valoraba la naturaleza, le encantaban los animales, era sincera, le gustaba soñar, valoraba más el interior que el exterior pero su gran defecto, es que se dejaba llevar por Sol y además era rencorosa. 

Una vez sucedió lo inevitable, la despidieron y nadie lloró su ausencia excepto un empleado, alguien a quien ella no quiso como amigo por culpa de la otra. Sol con su cobardía le hizo ser cruel y despiadada para rechazar la relación amistosa que había entre ellos; y obedientemente se lo quitó de encima.

Luna encontró su lugar adecuado y ahora se siente contenta, sigue con sus aficiones y con su pareja felizmente, lo único que no se imagina es que romperán cuando llegue el momento oportuno y sufrirá en su interior muchísimo, pero jamás se lo notará nadie por el orgullo que tiene.

Sol verá sufrir a su hija cuando se haga mayor y sea despreciada por su prepotencia, por su tontería y por su egoísmo, cuando se case no le agradecerá nada a su madre y sobre todo, apenas la visitará hasta que deje de hacerlo por completo.

La historia de Luna y Sol tiene un gran sentido, siempre obtenemos la factura de nuestras acciones y cada una multiplicada por diez, además con el iva aparte y cuando nos hacemos mayores recordamos el origen de esos pagos.