LA SOLEDAD Y EL AMOR

                                                                                                       

                                            

                                                  

                                

                                                                                                                       
                                                                                                                                                             Cuando llega la noche, hace frío y estas solo o sola en tu casa, te das cuenta de que la maldita soledad es la peor enemiga, que puede tener un ser humano,  sobre todo cuando se llega a cierta edad en la vida.

Quizá sea por el terror y la tristeza que produce, no tener con quien compartir un abrazo en el lecho, con alguien que te quiera y que quieras.

Ya decía el mismo Jesús ¡no es bueno, que el hombre esté solo! y tenía como siempre toda la razón del mundo.

Para la juventud actual, normalmente esta situación es diferente, porque se tienen a los padres y a esos amigos que no faltan, para irse de diversión y estar llamándose continuamente.

Hoy en día es más superficial que la de antes ¡no todos por supuesto!, pero si la gran mayoría.

No quieren pensar, en que la vida no es un camino de rosas, no quieren hablar de problemas, no quieren comprender a los padres que sufren por ellos, no quieren perder a esos amigos; que en ocasiones son un mal ejemplo para ellos. No piensan más, que en aprovechar esta vida basándola en juergas, bebidas, drogas, acostarse con unas y con otras, en llegar a casa e irse derechos al ordenador, en coger un bocata y salir corriendo de casa y con todo eso, por muy buenos padres que tengan y les quieran dar todo el Amor que sienten, no pueden hacerlo porque no tienen oportunidad para ello.

Lo buscan fuera, en donde justamente se van a encontrar con un mundo, en donde reina todo lo contrario y como resultado, obtendrán el justificante para igualarse a los que no sienten nada por nadie, ni tan siquiera el respeto hacia los mayores.

Sin embargo que nadie se meta con ellos, porque a la mínima sacan su falta de consideración y su cobardía, para meterse a lo mejor con unos ancianos, que intentan subir a un autobús.

Todavía quedan los que no son así, pero si esta sociedad sigue demostrando que la libertad es  libertinaje, con la injustica tan rara que tenemos en este país, pronto tendrán más condena los inocentes, que los culpables de los crímenes, de la violencia y que los maltratadores de ambos sexos.

Para aquellos que tienen la cabeza y el corazón en su sitio, deciros que el tiempo pasa como un abrir y cerrar de ojos, que cuando te has dado cuenta han pasado los años. Entonces te mirarás al espejo, te verás  mayor y solo, sin padres, sin familia y sin un ser a tu lado, que pueda darte lo que de verdad necesitamos todos y que en la actualidad, nadie quiere; lo que todos buscan y al mismo tiempo rechazan ¿sabéis su nombre?, sencillamente el Amor.