ERA UN FENÓMENO

El dragón estaba mal de la cabeza, tenía malos sentimientos, era feo como el monstruo de las mil cabezas, su corazón estaba roto y por eso, era cómplice de asesinato de sus propios delitos. No daba pena alguna, porque tenía malos instintos y estaba loco a rabiar. Su dragona se lo comía vivo y deseaba quitarle la vida, para tener el poder, y poco duraría, porque era hijo del diablo, por su maldad y su cobardía. Era un animal espantoso y agresivo, atacaba a inocentes que le habían ayudado y su apodo era famoso, le llamaban: ¡El dragón envenenado!. Escupía sin saber, no tenía patas, tampoco podía mover la cola, no sabía hablar, estaba poseído por la dragona perversa, que empollaba su nido, pero un día reventó, cuando tropezó con su propio veneno y se empezó a consumir hasta que desapareció. 

En la muerte del dragón, se celebró una gran fiesta por parte de sus seguidores, porque había dejado su herencia a quien tan solo le había hecho favores, para ganar su buena recompensa, por eso, la dragona se puso contenta y feliz, pues había llegado a su meta tras muchos años de corridas, para conquistar a algún dragón en su búsqueda infinita. 

Tras el fallecimiento, la dragona comía y comía sin parar, no paraba en todo el día, por eso le aumentaba la barriga y se llenaba de pelos, pues aumentó su fealdad y sin darse cuenta, acabó siendo de aspecto, un monstruo exactamente igual.

La dragona se marchó a las montañas en su estado de celo; deseaba otro dragón, que moviera la cola, pero ya no se hacía con ninguno, entonces, despertó su ira y violencia, para acabar cayendo en la trampa de unos cazadores expertos, que la dejaron en un museo de coleccionistas y por visitarla, ellos ganaban dinero. La dragona era la risa de los turistas, porque se habían dado cuenta de que era irracional, por eso, el nido que empollaba se lo llevaron a otro lugar, para que sus dragonetes fueran inofensivos y no se contagiaran de todo el mal que ellos poseían.....