EN MI CIELO YA NO BRILLAS TU

Hoy ha sido un día en el que no he parado, pues he tenido muchas cosas que hacer y estoy a la espera de una noticia que me daría algo de ánimo, para solucionar un problema. Después se ha quedado mi doctora todos los comentarios que he estado recibiendo sin parar y también mi abogado, para llevarlos al sitio adecuado. Ya no siento nada por alguien que no fue real, solo fue el arma que me destruyó sin ninguna clase de piedad, sin miramientos y con el único propósito de hacerme acabar como estoy, con una depresión grave, que me ha quitado las ganas de amar a nadie de momento y solo quiero estar en mi casa, a no ser que alguna necesidad me obligue a salir por la tarde.

No me fío, es algo que no puedo evitar, pero después de tantos malos tratos, tanto suplicio, tanta brutalidad creo que es normal, que ya no piense en esas cosas y quiera paz, tranquilidad y esperar lo que decida Dios para mi.

Me gustaría mucho hacer cosas, pero estoy hecha polvo y solo me apetece con este frío y mi gripe, estar acostada y sin hablar con nadie.

Me doy cuenta de que ya han parado los ensañamientos calumniosos, la gran jefa tiene miedo porque sabe quien los envía y yo también, pero ella lo pagará todo, porque la conozco y no permitirá que a esa persona le ocurra nada. 

Ahora tiene tiempo de disfrutar de su felicidad, como yo de la que no tengo, de tanto como me han apuñalado sin miramientos, pero nunca hay que reír demasiado, por las vueltas que puede dar la vida y acabar llorando de verdad.

No me rindo, defiendo la justicia, soy tauro y lucho hasta más allá de lo insuperable, para conseguir que los que me han dejado en este estado reciban sus penas, sobre todo la directora que ha permitido tanta salvajada.

Pronto ya sabré algo y espero que sea lo que imagino, porque si por nada a mi condenaron, ya veremos lo que pasa si se lleva por delito y se demuestra que es verdad todo lo que digo. Las sorpresas serán muy grandes, pero tampoco adelanto acontecimientos, solo confío en la ley y en su discernimiento, cuando tengan todas las pruebas y vean que no miento.

Aquel que esté limpio que descanse, pero el sucio, que disfrute mientras pueda de lo que ha hecho, porque si todo sale bien, no creo que se mire al espejo y se de besos de satisfacción.

En un juicio se puede ganar o perder, pero las pruebas evidentes no pasan desapercibidas y esas son las importantes, para ganar y que si de verdad se vela por la imparcialidad, que se culpe a quien en su día me robó a traición lo que tenía.