SE FUE

Se asustó, se fue, desapareció, ya no sigue a nadie, el mal recuerdo la impactó, se dejó convencer para ser expuesta y le pagaron por ello, era alemana pues hacía la señal de los nazis y no quiso saber nada, porque era morbosa y no se complicaba, le resultó más excitante ver a la directora del zoológico con sus gemidos, que lo que no pudo sentir ella, porque era una gran cara dura igual de mentirosa.

¿Aún esperas que te toquen a la puerta y te digan ¡aún te sigo queriendo, sino te lo dijeron más que para burlarse y contarle a otras como eras en la intimidad!?, eso le preguntaba su dueño y señor, el duende con forma de burro que le hablaba y le sacaba los dientes, pues se dedicaba a lo mismo y creyó que la estrella era de luz verdadera . Aquella ya no reía ni se fanfarroneaba, pues le asomaba en la cara su vida marcada, reflexiva y convencida de que su único amor Sonata toca toca, ya no le pertenecía, porque se fue con su sapo, que para ella se convirtió en el príncipe azul y era el todo para Sonata a la hora de la verdad.

¡No te preocupes le decían! ¡Eres preciosa y encontrarás otra!, se le cachondeaba el sapo, porque quería sus lazos de colores, para formar el arco iris de su falsa vida y así ver luces de ciego por conveniencia, que le daban alegría.

La directora de zoológico al llegar a la vejez tempranera, fue cuando comprendió muchas cosas, pero nunca supo reconocer, que en los jardines de su campo, solo hubo una flor bella, que confiaba en que la regara y la machacó pisoteándola y tirándole tierra hasta que casi la mata, pero la salvó un ángel en aquella batalla cruel hacia la naturaleza y se la llevó al reino de animales racionales, en donde volvería a tener poco a poco algo de color, hasta olvidar aquel campo lleno de estiércol, que dejó una gran cicatriz en su corazón.