EL CANCER QUE MATA EL ESPIRITU

                                                                             

                                                                                                                         

Los seres humanos padecemos de un cáncer maligno, que nos corroe y nos lleva a sacar por la boca ,el veneno de una serpiente venenosa,

La gran mayoría no quiere curarse, porque le hace feliz matar al prójimo con el fusil del juicio, la sentencia y la condena.

Los que hemos vivido el tormento de ser crucificados, por lo menos en mi caso, me ha hecho comprender que hay muchas formas de matar y arruinar la vida de una persona y esa forma, es el juicio que hace el hombre.

Pueden pasar años y años en el tiempo, pero perdurará para siempre, criticar y convertirse en jueces para dictar la sentencia, que destrozará al prójimo que sea sensible y que incluso puede hacerle daño a otros niveles, discriminándole y cerrándole las puertas de algunos sitios, por culpa del venenoso juicio.

El que lo hace, no tiene conciencia y le gusta vivir haciéndolo, pero aún es peor el que escucha y se recrea en ello, para luego sacar sus propias conclusiones.

Todos esos buitres que van en busca de su presa, no reconocen que cuando ellos se dan la vuelta, también son juzgados.

El resultado de tan lamentable hecho, es que parece un gato intentando cogerse la cola, es un vicio de la gente, que no tiene otra cosa que hacer y se creen  perfectos.

Decía Jesucristo ¡EL QUE ESTA LIBRE DE PECADO, QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA! y aquellos que la llevaban no sabían cómo esconderla.

En muchas ocasiones, confundimos sin querer lo que es una opinión y un juicio. Para aclarar un poco, os pondré un ejemplo: 

Opinar es simplemente ver una película y cada uno verla desde distintos puntos de vista, juzgar es adjudicar ciertos calificativos que pueden dañar la dignidad de la persona.

Siempre han existido las cotillas de turno que hablan de sus hijos, como si fueran santos y sin embargo; para ella, los de la vecina son unos juerguistas, drogadictos, borrachos etc etc. Todas esas conclusiones las saca por gusto, pues a la hora de la verdad, resulta que cuando sus hijos salen de casa, son los que realmente han sido vistos en esos estados.

Nadie estamos exentos de haber dicho en alguna ocasión, que fulana o sotana es una antipática y cuando hemos tratado a esa persona, nos hemos dado cuenta de nuestro error, eso también es un juicio. También los correcaminos que tras haberle dicho ¡qué barata está la patata! cuando llega al final la noticia se ha convertido en ¡qué bonitas son las muñecas de porcelana!. 

Cada cuál que controle su lengua y mientras nadie se vea afectado directamente, que sepa discernir entre la libertad que tiene cada uno, para obrar dentro de las leyes, sin que nadie lo señale con el dedo.

La libertad es RESPETO, EDUCACION Y PODER OPINAR y eso es bueno, pero el veneno de creerse JUEZ PARA CONDENAR A ALGUIEN es simplemente, el cáncer que mata al que lo hace, porque recibirá lo que ha dado.

Si aprendiéramos a hablar más con el corazón que con la mente, seguramente nos miraríamos nosotros mismos ante el espejo y nos quedaríamos mudos.