LA NATURALEZA SE REVELA

                                     

                             

Cuando la obra de Dios finalizó haciéndo para el hombre un mundo de belleza inigualable, nos puso todo aquello que nos pudiera ayudar a vivir y a disfrutar de todas esas cosas preciosas que por desgracia el hombre ha estado destruyendo cada día; y sigue haciéndolo a pesar de ser consciente de que se está matando a sí mismo y a los demás.

Estamos rodeados de montañas, de ríos, de mares, de árboles que nos dan fruta, de flores, de preciosos animales de distintas especies, que no están creados por casualidad.

¡Hay el ser humano! ¡ qué desagradecido es!.

Nos dá Dios el razocinio y lo utiliza para hacer el mal ¿quién es el culpable? el maldito dinero que le lleva a la avaracia de querer tener más y más , para alcanzar la falsa felicidad luciendo lujosos abrigos de pieles sin importar la cantidad de animales inocentes que han tenido que matars sólo por complacer a los prepotentes que basan su vida en tener y tener para luego no tener nada, porque sólo viven de la apariencia y en realidad son unos pobres desgraciados, vacíos, que acaban muriendo igual de desnudos que los demás.

Los incendios que se provocan para sacar madera a mas bajos precios y hacer desaparecer esos bosques que hacen tan bello el planeta y que ayudan a vivir a esos animalitos que no les hacen daño a nadie.

Es espantoso ir a una playa y encontrarse con esos peces que aparecen muertos en las orillas porque hay algo en las aguas que los han matado. Todos sabemos los motivos de las contaminaciones, todos somos conscientes de lo que está pasando, pero todos los poderosos callan y callan porque son los primeros que sacan sus beneficios.

Esos desaprensivos que compran una mascota para su niño como un juguete que no tiene sentimientos y que cuando crece se lo llevan a un lugar solitario y lo dejan abandonado. O esos canallas que se divierten maltrantándolos y ensañándose en hacerlos sufrir hasta que mueren, sólo por diversión.

La naturaleza nos avisa, se defiende y si quisiera nos haría desaparecer en un abrir y cerrar de ojos sin ningún problema. Encima se compadece y nos sigue dando oportunidades.

En vez de ayudar al planeta cuidando de lo que necesitamos para respirar y vivir, es tan egoista y avaricioso el ser humano, que se cree que cuando muera le va a dejar una buena herencia a los que vienen detrás.

Lo único que les van a dejar, es el sentir en sus vidas el sufrimiento de una destrucción que se aproxima cada vez más deprisa en todos los aspectos.

¡Qué verdad es, que no hay peor demonio que el dinero! el causante del trastorno en el hombre que conoce su gran obsesión por él y sigue sin parar.