MARIA Y SU PIS

María tenía 6 años cuando empezó a ir al colegio, aunque anteriormente había ido a la guardería. Ella era tímida, solitaria y no jugaba con las demás niñas, por miedo a ser rechazada. Todo su complejo le llegaba porque se hacía pis en la cama y su papá, le colgaba las sábanas para que todo el mundo de alrededor las viera y supieran de su defecto. Su papá creía que la criatura lo hacía adrede por perezosa y la pequeña vivía presa del pánico. María hubiera dado cualquier cosa por poder explicarle que no era consciente de ese acto y de que no lo podía evitar, por mucho que su padre la obligara a mear delante de él antes de irse a dormir.

María se refugiaba en su mamá, que poco podía hacer ante la autoridad y el mal genio de su papá y eso le provocaba, que cuando se iba a trabajar, la niña se fuera a la cama de su madre, pues ya no sabía lo que hacer para ocultar su chopada sábana, ya que la escondía y siempre era descubierta.

María creció acomplejada y con una gran carencia afectiva, pero era un ángel llena de amor para dar a los demás, aunque su miedo siempre lo tenía presente y se arriesgaba para hacer cumplir su deseo de tener amigas y vencerlo a toda costa. Dicho deseo le trajo mucha amargura y recibió demasiados palos, que la hicieron madurar harta de dar tanto y de recibir tanto desengaño.

El deseo de María cambió por completo y solo soñaba con encontrar al amor de su vida y que fuera para siempre, nunca la dejó de su mano Dios su padre Celestial, por eso, llegó lo que tanto deseaba cuando María ya era una mujer que se había hecho fuerte y sentía una profunda pena por el ser humano, que se había convertido en una máquina de matar. María nunca dejó de ser todo amor y era consciente de que era una elegida del cielo, para llevar una cruz que solamente le pertenecía a ella...